Suena el despertador y de inmediato Saturnino toma un sorbo de Coca-Cola. A lo largo del día este gesto se repite incesantemente hasta llegar a consumir ocho litros de este refresco. Desde que cambió el café por la cola hace 18 años por su cuerpo han corrido 52.000 litros y de su bolsillo se han esfumado cerca de 36.000 euros. Sin problemas de salud aparentes, la adicción a esta bebida es su verdadera perdición. Pero no existe un consenso científico que explique el mecanismo por el que miles de personas sienten esta misma atracción.
Un nuevo estudio sugiere la existencia de vínculos evolutivos en la estructura y función de todos los virus. El trabajo, con participación del CSIC, ha sido publicado en The Journal of Biological Chemistry.
Hasta ahora se pensaba que la extraña forma de caminar ‘agachados’ de algunos dinosauriosy las aves actualesera su manera de mantener el equilibrio después de haber perdido la cola progresivamente. Un estudio con modelos en 3D publicado hoy en Nature contradice esta hipótesis, y afirma que la forma de moverse cambió debido al alargamiento de las patas.
Los asteroides, a diferencia de los cometas, no se caracterizan por exhibir una cola, pero existen una decena de excepciones. Investigadores españoles han observado a uno de estos raros asteroides desde el Gran Telescopio Canarias y han descubierto que algo le pasó sobre el 1 de julio de 2011 para que le apareciera su ‘apéndice’. Quizá una ruptura interna o la colisión con otro asteroide.
Lagartijas de cabeza roja saltando
El cometa McNaught visto sobre el Pacífico en 2007.
Un grupo de investigadores ha analizado las consecuencias del consumo excesivo de bebidas de cola tras apreciar un aumento en el número de pacientes que padecen problemas musculares. El estudio, que será publicado en el número de junio de la revista International Journal of Clinical Practice, muestra que los síntomas pueden ir desde una debilidad leve hasta una parálisis grave.
La longitud de la cola del espermatozoide no siempre determina la velocidad con la que puede nadar. Así lo indica una nueva investigación, publicada en la revista BMC Evolutionary Biology, que muestra que en el mundo microscópico contraintuitivo, en el que se mueven los espermatozoides, el diseño aerodinámico y las largas colas no siempre proporcionan una mayor velocidad.