Es poco probable que estos animales se adapten a vivir en un entorno sin hielo en el Ártico. Sus estrategias alimenticias para sobrevivir en estos períodos no evitan que pierdan mucho peso, según una investigación que los ha seguido mediante GPS y vídeo en la bahía de Hudson, Canadá.
En España existen dos subespecies de esta ave, en el Pirineo y en la cordillera Cantábrica, ambas en declive en las últimas décadas. El primer estudio sanitario de las pirenaicas ha detectado parásitos relacionados con la malaria aviar, así como un nuevo herpesvirus.
La tasa reproductiva anual de la especie es del 7,15% y la mortalidad total, del 12,5%, lo que aboca a su desaparición si no se toman medidas. Cada año mueren más de treinta ejemplares por causas antropogénicas, la mitad de la mortalidad total registrada.
Tan solo quedan dos hembras de esta especie vivas, Najin y Fatu, madre e hija, que viven en la reserva de Ol Pejeta, en Kenia. Por esta razón, la única alternativa a la extinción de estos animales es lograr la reproducción asistida con las técnicas y métodos actuales.
Un nuevo estudio, con participación española, revela los dos eventos de extinción de vertebrados más grandes de la historia provocados por las personas a lo largo de la historia de la humanidad. Los autores también alertan de que estamos viviendo la tercera extinción masiva de aves.
La especie está al borde de la extinción, pero se sigue pescando y consumiendo. Desde la ciencia, se recomienda al Consejo Europeo de Agricultura y Pesca, que se reúne los días 10 y 11 de diciembre, la implantación de una veda total.
El declive global de insectos produce un desequilibrio en los ecosistemas y afecta a la seguridad alimentaria por la ausencia de polinizadores. El biólogo Jonatan Rodríguez, junto con varios colaboradores, acaba de publicar un libro que recopila la información más actualizada sobre cómo influyen las especies exóticas en la diversidad de estos seres vivos. El texto incluye tanto casos de estudio concretos, como evidencias globales.
Esta investigación, en la que participan más de 100 investigadores, analiza los datos de las últimas dos décadas recabados en todo el mundo sobre estos animales y mantiene la destrucción de hábitats y las enfermedades emergentes, dos efectos potenciados por la crisis climática, como las causas principales del declive de estas especies.
En los últimos cinco siglos no solo han desaparecido algunas especies por culpa del hombre, también géneros completos de vertebrados, y todo a un ritmo 35 veces más acelerado que el del último millón de años. Así lo revela un estudio a gran escala donde se apunta que la sexta gran extinción podría ser más grave de lo que se esperaba.
El profesor de investigación del CSIC Pablo Vargas ha llevado a cabo durante los dos últimos años la revisión de 3.706 géneros con una sola especie de vertebrados y angiospermas para comprobar cuántos son ‘fósiles’ en peligro de extinción. El estudio se ha publicado en la revista Frontiers in Ecology and Evolution.