Pronto comenzará el proceso de selección de una nueva promoción de astronautas europeos. / ESA/NASA
Foto oficial del consejo ministerial Space19+ de la ESA en Sevilla, en la que Pedro Duque, ministro de Ciencia, Innovación y Universidades en funciones, ha actuado de anfitrión. / ESA
Mediciones de la temperatura del fluido hidrotermal en medio de gases ácidos y chimeneas activas. / Puri López-García
Células microbianas (izquierda) pueden ser fácilmente confundidas con precipitados minerales ricos en sílice (derecha). / Karim Benzerara, Puri López-García et al.
Coloridas piscinas hidrotermales hipersalinas e hiperácidas de Dallol. / Puri López-García
Los seres vivos, especialmente los microorganismos, tienen una capacidad sorprendente para adaptarse a los ambientes más extremos de nuestro planeta, pero quedan lugares en los que no pueden sobrevivir. Investigadores europeos han confirmado la ausencia de vida microbiana en algunas charcas saladas, calientes e hiperácidas del campo geotermal de Dallol, en Etiopía.
En Colonia (Alemania), doce voluntarios se sacrifican por la ciencia: pasan 60 días recostados en un estudio que simula las condiciones de microgravedad del espacio para contrarrestar la degeneración de huesos y músculos que sufren los astronautas. Su recompensa, además de 16.500 euros, es saber que están haciendo historia de la investigación aeroespacial.
Uno de los grandes atractivos de la isla de Santorini, en Grecia, es su espectacular paisaje volcánico, un entorno que también esconde parajes similares a los de Marte. Un equipo de científicos europeos y de Estados Unidos lo ha descubierto tras analizar rocas basálticas recogidas en una de sus calas.
El estudio de los minerales de la laguna de Las Eras, en la provincia de Segovia, podría permitir la identificación de la presencia de microorganismos tanto en rocas del registro geológico terrestre como en rocas marcianas. Un trabajo liderado por la Universidad Complutense de Madrid ha descubierto la relación entre un tipo de bacteria, del grupo de los firmicutes, y la formación en la laguna de magnesita y dolomita, dos minerales difíciles de precipitar a bajas temperaturas.
El sismógrafo de la nave InSight de la NASA ha ‘escuchado’ el que podría ser el primer terremoto detectado hasta ahora sobre la superficie de Marte. La señal se parece mucho a la de los temblores registrados en la Luna por las misiones Apolo.