Gracias al uso del registro fósil, un equipo de científicos, con participación de la Universidad de Santiago de Compostela, ha reconstruido los patrones de la biodiversidad marina de los últimos miles de años y ha realizado proyecciones con los niveles actuales de emisiones de CO2. Los resultados indican que la crisis climática intensificará la reducción de la diversidad pelágica tropical hasta niveles que no se han visto en millones de años.
La Fundación BBVA premió ayer a los biólogos marinos Carlos Duarte, Terry Hughes y Daniel Pauly por sus contribuciones al conocimiento de los océanos y por las soluciones que han propuesto para proteger y conservar la biodiversidad marina en un mundo de rápido cambio. Manglares, arrecifes de coral y sobrepesca son las tres temáticas que han preocupado a estos científicos.
Durante años se pensó que la acidificación de mares y océanos, producto de los altos niveles de dióxido de carbono en el agua, modificaba el comportamiento de los peces de los arrecifes de coral. Ahora, un estudio lo desmiente, pero advierte que su hábitat sigue dañándose, lo que les afecta directamente.
Tras pasar por la COP25, esta bióloga marina ya está de vuelta en La Jolla, California, donde estudia el efecto del calentamiento sobre los océanos. En la cumbre del clima de Madrid alertó sobre la pérdida de oxígeno en los mares, defendió la importancia de los fondos marinos y se reunió con políticos de su país, como Nancy Pelosi.
La pérdida de oxígeno en los océanos, provocada por el cambio climático y la contaminación por nutrientes, es una amenaza creciente para la pesca y para grupos de especies como el atún, el marlín y los tiburones. Esta es la conclusión del mayor estudio realizado hasta ahora sobre las causas, impactos y posibles soluciones a la desoxigenación oceánica.
La paleontóloga Laia Alegret, de la Universidad de Zaragoza, ha contribuido a obtener la primera medida del pH de las aguas superficiales tras el impacto de un asteroide que produjo una extinción masiva a finales del Cretácico. Este estudio indica que su impacto en la Tierra, hace 66 millones de años. provocó la acidificación de los océanos.
Laia Alegret (izquierda) junto a dos estudiantes de doctorado, señalando el límite entre el Cretácico y el Paleógeno en la cueva de Geulhemmerberg (Países Bajos), donde se tomaron las muestras críticas que han proporcionado la primera medida del pH de las aguas oceánicas tras el impacto del asteroide / Laia Alegret
Los océanos cada vez son más cálidos, más ácidos y menos productivos, según advierte el último Informe Especial del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) presentado esta mañana en Mónaco. Los científicos urgen priorizar acciones ambiciosas y coordinadas ante la crisis climática que está provocando cambios permanentes en el mar y la criosfera.
El aventurero Nacho Dean, el primer español en dar la vuelta al mundo a pie, acaba de completar una nueva expedición surcando la Tierra a nado. Ahora quiere dar testimonio de lo que ha visto: océanos devastados por los plásticos, el cambio climático, la sobrepesca y el tráfico marítimo.
Un cambio en la intensidad de la circulación oceánica global pudo ser responsable de la profunda alteración climática denominada transición del Pleistoceno medio, que desencadenó glaciaciones extremas hace un millón de años. Así lo plantea un estudio de la revista Nature Geoscience en el que participan los investigadores Leopoldo Pena y Maria Jaume-Seguí de la Universidad de Barcelona.