La cara oculta de la Luna es mucho más accidentada que la visible y, además, presenta una composición química diferente. Según un modelo de dos investigadores de la Universidad de California (EE UU) la explicación podría estar en un antiguo choque con otra luna menor, que pudo haber acompañado a la actual durante millones de años.
Un equipo de astrofísicos ha detectado por primera vez oxígeno molecular (O2) en el espacio, lo que puede ayudar a explicar cómo se “esconde” parte de este elemento. El hallazgo se ha realizado en la región de Orión gracias a las observaciones del telescopio espacial Herschel de la Agencia Espacial Europea (ESA).
La nebulosa de Orión captada por el Hubble. Imagen: NASA/ESA.
Composición artística de los grafenos (C24) planos y fullerenos esféricos en una nebulosa planetaria. Imagen: IAC (fondo nebulosa Dumbbell-M27: Daniel López-IAC).
Un equipo internacional liderado por investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ha encontrado en el espacio lo que podría ser “un trocito de grafeno”, una molécula plana bidimensional formada por 24 atómos de carbono (C24) y con el grosor de uno de ellos. Los astrofísicos, que han observado en las nubes de Magallanes con el telescopio Spitzer de la NASA, también han detectado el fullereno C60 y, por primera vez, el C70.
El pequeño asteroide 2010 TK7 acompaña a la Tierra en su órbita alrededor del Sol.
Los chorros de agua que expulsa Encélado, una de las lunas de Saturno, forman un gigantesco anillo de vapor de agua alrededor del planeta. El descubrimiento se ha realizado gracias a las observaciones del telescopio espacial Herschel de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Hasta ahora se conocían tres lunas de Plutón -Caronte, Nix e Hidra-, pero gracias a las imágenes del telescopio espacial Hubble se acaba de descubrir una cuarta, bautizada de forma provisional como P4. El anuncio lo ha realizado esta semana la NASA.