El cambio climático hizo 40 veces más probable el riesgo de incendios este verano en la Península

Las condiciones extremas de calor, sequedad y viento favorecieron los megaincendios en España y Portugal de agosto. Un nuevo estudio advierte que las olas de calor son ya 200 veces más probables y hasta 3 ºC más intensas que en la época preindustrial.

Vecinos A Gudiña (Ourense)
Vecinos A Gudiña (Ourense) preparados para luchar contra un incendio en agosto. / EFE/ Brais Lorenzo

Con ocho víctimas mortales y decenas de miles de personas evacuadas, la superficie quemada en la península ibérica en lo que va de año representa casi dos tercios de todo lo quemado en Europa en 2025.

Un análisis del consorcio internacional de científicos World Weather Attribution concluye que la acción humana ha multiplicado por 40 la probabilidad de que se den las condiciones extremas que alimentaron los incendios forestales de este verano en España y Portugal.

El trabajo, basado en observaciones meteorológicas, muestra además cómo la simultaneidad de grandes fuegos en distintos países europeos está desbordando los recursos de extinción y subraya la necesidad de una mejor gestión del territorio.

El tamaño de estos incendios ha sido asombroso. En solo una semana, los incendios en España quemaron más de 175.000 hectáreas

Clair Barnes, Imperial College de Londres

“El tamaño de estos incendios ha sido asombroso. En solo una semana, los incendios en España quemaron más de 175.000 hectáreas, más del doble del promedio anual de toda una temporada de incendios desde 2006. Portugal también ha visto incendios masivos, con casi un 3 % del país quemado”, señala Clair Barnes, investigadora en el Centro de Políticas Ambientales, Imperial College de Londres.

El informe destaca que los episodios de clima extremo propicios para incendios son un 30 % más intensos que en la era preindustrial. La ola de calor de diez días analizada resultó 200 veces más probable y con temperaturas 3 ºC más altas debido al calentamiento global. A ello se suma el abandono rural y el crecimiento descontrolado de vegetación en antiguas tierras de cultivo y bosques, que han incrementado notablemente la cantidad de combustible disponible para el fuego.

Estos incendios son una señal de lo que está por venir

Clair Barnes

“Lamentablemente, estos incendios son una señal de lo que está por venir. Con cada fracción de grado de calentamiento, las olas de calor extremas y prolongadas seguirán intensificándose, aumentando la posibilidad de incendios gigantes como los que arrasaron vastas áreas de la península ibérica”, añade Barnes.

Incendios forestales sin precedentes

En conjunto, los incendios forestales en España y Portugal arrasaron más de 640 000 hectáreas, muy por encima de sus promedios anuales, y representan cerca de dos tercios del área quemada en Europa, que superó el millón de hectáreas en agosto, un récord desde 2006.

Según Theodore Keeping, investigador del mismo centro en el Imperial College de Londres: “Los incendios más intensos pueden crear su propio viento, dando lugar a llamas más largas, brotes explosivos e ignición de decenas de fuegos cercanos debido a brasas voladoras”.

Las áreas más afectadas por los incendios del verano de 2025, es decir, Portugal y la región de Galicia en el noroeste de España, corresponden a la zona más propensa a incendios de Europa

Marta Neves, punto focal de Acción Climática en Cruz Roja Portuguesa

El humo también deterioró la calidad del aire hasta niveles peligrosos y se desplazó a Francia, Reino Unido y Escandinavia, mientras que los incendios obligaron al cierre de parte del Camino de Santiago y se extendieron hasta los Picos de Europa.

“Las áreas más afectadas por los incendios del verano de 2025, es decir, Portugal y la región de Galicia en el noroeste de España, corresponden a la zona más propensa a incendios de Europa debido tanto a factores naturales como humanos”, argumenta Marta Neves, punto focal de Acción Climática en Cruz Roja Portuguesa.

Condiciones climáticas extremas

Los científicos concluyen que el cambio climático, impulsado principalmente por la quema de combustibles fósiles, ha hecho que episodios de calor, sequedad y viento que antes ocurrían una vez cada 500 años ahora sean esperados cada 15 años. La ola de calor asociada, que antes sería un evento de 2.500 años, ahora ocurre cada 13 años y es unas 200 veces más probable y 3 °C más intensa.

Los bomberos trabajan cada vez más en condiciones caóticas e impredecibles, enfrentándose a incendios que se comportan de maneras que nunca habían visto antes

Theodore Keeping, Imperial College de Londres

Estos datos, basados en observaciones meteorológicas, pero sin modelos climáticos completos, coinciden con estudios previos sobre incendios en España, Portugal y el Mediterráneo oriental.

Además, durante los incendios de agosto, España solicitó por primera vez ayuda internacional al Mecanismo de Protección Civil de la UE, mientras Grecia, Bulgaria, Albania y Montenegro también requerían asistencia, evidenciando la presión sobre los recursos de extinción. Los resultados de este trabajo reflejan un riesgo creciente de incendios masivos y difíciles de controlar en Europa.

Los bomberos trabajan cada vez más en condiciones caóticas e impredecibles, enfrentándose a incendios que se comportan de maneras que nunca habían visto antes”, apunta Keeping.

Para los autores del informe, el clima extremo se está volviendo más frecuente, pero las muertes y daños son prevenibles. “Todos los niveles de gobierno deben trabajar juntos para adaptarse al cambio climático. Existe una necesidad urgente de controlar la vegetación en las zonas rurales, particularmente en tierras que han sido abandonadas por agricultores y pastores”, advierten.

España está siendo duramente golpeada por el cambio climático. Estos incendios enormes siguen a las devastadoras inundaciones en Valencia y otro verano de calor implacable

Friederike Otto, profesora de ciencias climáticas en el Imperial College de Londres

“España está siendo duramente golpeada por el cambio climático. Estos incendios enormes siguen a las devastadoras inundaciones en Valencia y otro verano de calor implacable por encima de 40 °C”, explica Friederike Otto, profesora de ciencias climáticas en el Centre for Environmental Policy del Imperial College London.

David García, profesor titular de la Universidad de Alicante, subraya: “Parece que la opinión pública en España se ha centrado en el hecho de que el problema radica únicamente en el declive de las actividades rurales, con el consiguiente crecimiento de vegetación que ha alimentado los incendios. Sin embargo, se ha dicho mucho menos sobre el efecto del cambio climático en estos incendios, que, como se ha demostrado, ha sido inmenso”.

Las condiciones secas, calurosas y, a menudo, ventosas se vuelven cada vez más difíciles de combatir durante incendios forestales de sexta generación, especialmente en el terreno escarpado que caracteriza al norte de Portugal y Galicia.

Fuente: SINC
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