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Los diez millones de años de historia evolutiva que un estudio científico atribuye al árbol del cacao pueden ser la respuesta a los problemas de la industria chocolatera que trabaja con una planta considerada poco diversa genéticamente y, por lo tanto, débil ante las plagas y el cambio climático. La nueva datación implica que América del Sur debe poseer poblaciones silvestres de cacaotero resistentes a enfermedades. Incluso puede que se encuentren nuevos sabores.
El chocolate, producido a partir de las semillas del árbol de cacao (Theobroma cacao), es uno de los alimentos más populares del mundo, con ventas de alrededor de 100.000 millones de dólares al año. Uno de los principales problemas de esta industria es la falta de variación genética en el cacao cultivado, que lo hace vulnerable a las plagas y al cambio climático.
Ahora, un nuevo trabajo liderado por la Universidad del Rosario (Colombia) indica que el cacaotero tiene una antigüedad de 10 millones de años, por lo que la planta ha tenido tiempo suficiente para diversificarse genéticamente. América del Sur es el refugio de poblaciones silvestres que pueden ser el futuro de la industria chocolatera.
“Después de diez millones de años de evolución no sería extraño encontrarnos con una gran biodiversidad en las especies, algunas de las cuales podrían tener nuevos sabores, o ser resistentes a enfermedades. Estas variedades pueden contribuir a mejorar la industria del chocolate”, afirma James Richardson, investigador del Real Jardín Botánico de Edimburgo (Reino Unido) y autor principal del estudio.
La historia evolutiva, importante para la economía
Los autores del trabajo, publicado en la revista de acceso abierto Frontiers in Ecology and Evolution, indican que el comienzo de la evolución del cacaotero se remonta a una época en la que los Andes no estaban totalmente elevados, lo que explica por qué la planta está presente a ambos lados de la cordillera montañosa. Señalan además que ya tienen previsto regresar a América del Sur para tomar muestras de todas las especies relacionadas con el cacao, e investigar las características de sus poblaciones nativas.
“Los estudios sobre la historia evolutiva de cultivos económicamente importantes, como este, son vitales para el desarrollo de las industrias agrícolas, y demuestran la importancia de la conservación de la biodiversidad para contribuir al desarrollo sostenible”, sostiene Richardson.
“Al comprender los procesos de diversificación del chocolate y sus parientes, podemos contribuir al desarrollo de la industria y demostrar que estamos en la Edad de chocolate”, concluye Santiago Madriñán, investigador de la Universidad de los Andes en Bogotá (Colombia) y coautor del trabajo.
Referencia bibliográfica:
James E. Richardson et al. “The age of chocolate: a diversification history of Theobroma and Malvaceae”. Frontiers in Ecology and Evolution (10 de noviembre de 2015)DOI:10.3389/fevo.2015.00120