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La pérdida de biodiversidad continuará durante el siglo XXI pero podría ralentizarse

Un equipo de 23 científicos de nueve países, entre ellos España, ha realizado un nuevo análisis de varios estudios globales sobre futuros cambios y extinciones de especies. La investigación, que se publica online en la revista Science, prevé una prolongada e inevitable pérdida de biodiversidad a lo largo del siglo XXI. Sin embargo, presenta una nueva esperanza: el fenómeno podría ralentizarse si se adoptan políticas adecuadas.

Las poblaciones de grandes peces disminuyen de forma global por la sobreexplotación pesquera. Foto: Marbef.

Los científicos, dirigidos por Henrique Miguel Pereira y Paul Leadley, con la colaboración de la organización DIVERSITAS, el Centro Mundial de Monitoreo de la Conservación (UNEP-WCMC) y el secretariado del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD, por sus siglas en inglés) y con la participación del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), comparó los resultados de cinco evaluaciones ambientales globales obtenidos recientemente y una amplia variedad de literatura revisada por otros expertos. Los científicos examinaron cuáles serían los cambios que probablemente afectarán en el futuro a la biodiversidad.

“Si los acontecimientos se siguen desarrollando como hasta hoy, no cabe duda alguna de que nos veremos abocados a una pérdida catastrófica de la biodiversidad. Incluso los escenarios más optimistas para el presente siglo predicen, en todo caso, que se producirán extinciones y el declive de las poblaciones de muchas especies”, explica Paul Leadley, uno de los autores principales e investigador en la Universidad Paris-Sud (Francia).

El análisis, publicado on line hoy en la revista Science, advierte que el objetivo de detener la pérdida de la biodiversidad en 2020 “suena bien pero, por desgracia, no es realista”. Según los científicos, es necesario que la sociedad adopte cambios radicales para evitar el alto riesgo de extinciones futuras, que las poblaciones de muchas especies aumenten su declive y que se originen cambios a gran escala en la distribución de las especies.

“Las proyecciones indican que el riesgo de futuras extinciones es elevado, pero la crisis de la biodiversidad no se termina en las extinciones. Gran parte de los cambios que afectarán a la biodiversidad en el siglo XXI no los producirán las extinciones, sino grandes alteraciones en la abundancia de especies y en la composición de las comunidades”, declara Henrique Miguel Pereira, uno de los autores principales e investigador en la Universidad de Lisboa (Portugal).

Una plataforma para lucha por la biodiversidad

Para el equipo de científicos, todavía hay lugar para la esperanza. Escenarios recientes indican que frenar y ralentizar el cambio climático y la deforestación podrían conllevar una reducción del empobrecimiento de la biodiversidad, ya que serían “oportunidades significativas para intervenir a través de mejores políticas, como las dirigidas a mitigar el cambio climático sin recurrir a la conversión masiva de bosques en plantaciones para la obtención de biocombustibles”, recoge Leadley.

Sin embargo, la actuación debe ser rápida. El estudio señala que la oportunidad para emprender acciones se acaba y las distintas medidas que se adoptan ahora podrían desembocar en un incremento de la cobertura forestal global del 15% o en un retroceso de la misma, superior al 10% para el año 2030.

Los autores afirman que la creación de un mecanismo similar al Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) para la biodiversidad es “extremadamente” importante. Se llamaría Plataforma Intergubernamental sobre la Biodiversidad y los Servicios de los Ecosistemas (IPBES, en inglés).

“Tan acuciantes son los problemas y de tal magnitud para la humanidad, que los científicos debemos aunar esfuerzos a través del IPBES para informar a los responsables políticos con una sola voz, con autoridad”, manifiesta Pereira.

El IPBES podría desempeñar también una importante función a la hora de organizar la cooperación científica para reducir las incertidumbres de los escenarios sobre la biodiversidad. Los modelos prevén tasas de extinción que oscilan entre menos del 1% por siglo (un porcentaje cercano al actual) y cifras superiores al 50%.

“El grado de aprovechamiento de la tierra y el cambio climático explican una fracción sustancial de la cantidad de extinciones previstas, pero las lagunas en el conocimiento de la ecología de las especies también suponen una importante fuente de incertidumbres”, apunta Leadley.

Buscar el consenso

Entre los problemas fundamentales está la falta de consenso para definir el período de tiempo en que se produce la extinción de una especie. Podrían ser décadas o milenios, lo que se traduce en “una considerable incertidumbre acerca de los modelos y un notorio desacuerdo dentro de la comunidad científica acerca de la probabilidad de que se produzcan extinciones masivas durante el próximo siglo”, explican los autores.

Los investigadores advierten que se debería prestar mayor atención a las transformaciones en la distribución y el tamaño de las poblaciones, “ya que probablemente sean más relevantes para el bienestar de la humanidad y sean también mejores indicadores a corto plazo de las presiones ejercidas por el ser humano sobre los ecosistemas”.

Un ejemplo de ello es la disminución global y continuada de las poblaciones de los grandes peces (causada por la sobreexplotación pesquera), la migración hacia los polos de especies marinas a un ritmo superior a los 40 km por década (causada por el cambio climático), y el declive del 10 al 20% de la abundancia de especies terrestres a mediados de siglo (causado sobre todo por los cambios en el aprovechamiento de la tierra).

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
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