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Escolares inmigrantes de ESO reconocen que su colectivo es ignorado por sus compañeros

Los jóvenes inmigrantes rompen menos las normas pero sufren más acoso escolar

Esta es una de las conclusiones recogidas en el último libro del sociólogo de la Universidad de Salamanca (Usal) Fernando Gil Villa, titulado “El fantasma de la diferencia. Inmigración en la escuela”, realizado a partir de un estudio en 28 centros públicos de Castilla y León durante dos años.

Los jóvenes inmigrantes rompen menos las normas pero sufren más acoso escolar . Foto: Tinou Bao

Esta es una de las conclusiones recogidas en el último libro del sociólogo de la Universidad de Salamanca (Usal) Fernando Gil Villa, titulado “El fantasma de la diferencia. Inmigración en la escuela”, realizado a partir de un estudio en 28 centros públicos de Castilla y León durante dos años.

El 57,3% de los escolares inmigrantes de los centros públicos de Enseñanza Secundaria Obligatoria de la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León reconoce que su colectivo es maltratado con la indiferencia en las aulas por parte de sus compañeros, el 67,8% considera que les ponen motes y el 45,9% admite que les pegan, según recoge el último libro del catedrático del departamento de Sociología de la Universidad de Salamanca Fernando Gil Villa, titulado “El fantasma de la diferencia. Inmigración en la escuela”.

Los datos varían sorprendentemente cuando se trasladadan las preguntas a nivel individual, ya que el porcentaje de jóvenes que se sienten ignorados en el centro por sus compañeros españoles sólo asciende al 18,2%, un 18,5% se considera insultado y únicamente un 3,2% admite ser agredido físicamente.

Los datos del trabajo consolidan la tendencia mostrada por el informe del Defensor del Pueblo en 2007, en el que la proporción de inmigrantes de primera y segunda generación que decía sentirse ignorado “a veces” duplicaba la cifra de los nacionales.

La obra, que será presentada el sábado 26 de mayo, a las 19 h. en el Patio de la Biblioteca Pública Casa de las Conchas (Salamanca), tiene su origen en un estudio desarrollado durante dos años bajo financiación de la Junta de Castilla y León con el que se perseguía observar un perfil sociológico del alumno inmigrante en la escuela española, tanto víctima como infractor de la norma, y dentro y fuera de la escuela.

En relación a los resultados obtenidos, acerca de las normas desafiadas por el escolar inmigrante se observa que el 35,5% de los encuestados afirma haberse visto envuelto en peleas en el último año (el 21,7% en el último mes), el 20,4% reconoce haber conducido sin permiso también durante el último año, el vandalismo con el mobiliario urbano es asumido por un 11% y un 8,2% admite haber robado algún artículo en tiendas.

“Los escolares inmigrantes rompen menos con la norma, pero son más víctimas de acoso que sus compañeros españoles. Algunos indicadores clásicos del control parental, como el conocimiento de los lugares y los amigos con quien se juntan los adolescentes, funcionan mejor en las familias inmigrantes”, destaca Gil Villa.

El profesor de la Usal define, además, la situación del alumno inmigrante como contradictoria “lo que nos permite hablar de tendencia hacia la polarización de los comportamientos relacionados con la violencia”. Por un lado el joven “es consciente de presiones en favor de la adaptación derivadas de la responsabilidad de los padres al asumir el riesgo de la emigración, pero también sufre variadas formas de aislamiento y exclusión social en los centros escolares que vienen a ser réplicas de la sufridas por las familias en la sociedad anfitriona”, explica el investigador.

Estas tendencias contradictorias ayudan al observador a entender, tanto la orientación hacia la obediencia como la orientación hacia la desviación. Al respecto, el sociólogo recuerda que “cuanto mayor es la xenofobia, mayor será la distancia entre las dos posibilidades extremas y menor será la probabilidad de conseguir un equilibrio a nivel individual”.

Un proyecto que culmina en un libro

El estudio dirigido por Fernando Gil Villa se desarrolló durante dos años en 28 centros públicos de Castilla y León: Burgos (3), Ávila (5), Valladolid (6), León (8), Palencia (4), Salamanca (6), Segovia (4), Soria (2) y Zamora (2). Concretamente, se efectuó entre los alumnos matriculados procedentes de familias inmigradas que cursaban estudios de ESO (6.976).

El tamaño de la muestra fue de 575 individuos y el procedimiento fue de muestreo de conglomerados, seleccionándose los centros educativos con probabilidad proporcional al tamaño de los mismos. Se encuestaron a todos los alumnos de dichas características a través de cuestionario autocumplimentado y el error del muestreo es +/- 3,99%.

Para la puesta en marcha de la investigación Gil Villa coordinó a las profesoras de la Universidad de Salamanca María Dolores Pérez Grande y Valentina Maya Frades y al profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca Fernando González Alonso.

A partir de los resultados del estudio cada uno ha desarrollado su correspondiente línea de trabajo y el libro “El fantasma de la diferencia. Inmigración en la escuela” deriva de la labor desempeñada por Fernando Gil.Maya Frades y al profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca Fernando González Alonso.

Fuente: Universidad de Salamanca
Derechos: Creative Commons
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