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Al menos uno de cada tres estudiantes de doctorado presenta problemas graves de salud mental. En el reportaje anterior recogimos las causas, entre las que destacaba la dificultad de conciliación con la vida personal. Ahora entrevistamos a representantes de investigadores españoles en cuatro países con distintas cargas de trabajo: Alemania, EE UU, Dinamarca y Países Bajos.
Este reportaje es el segundo de una serie compuesta por tres partes. Con ella queremos analizar los riesgos de salud laboral en la carrera investigadora, señalar sus causas y proponer alternativas.
En el anterior reportaje presentamos el problema de salud mental que existe a escala global en la investigación científica. En esta segunda pieza entrevistamos a las representantes de las asociaciones de científicos españoles en cuatro países: Alemania, Estados Unidos, Países Bajos y Dinamarca.
¿Por qué estos cuatro? Las encuestas disponibles (una estimación de las horas de trabajo de los investigadores en doce países europeos y una encuesta de Nature a estudiantes de doctorado de todo el mundo) apuntan a que Alemania y Estados Unidos tienen jornadas más largas, y Países Bajos y los nórdicos, como Dinamarca, horarios más racionales.
A las tres les hemos formulado estas preguntas:
1) ¿Cuál es la duración de la jornada laboral en los centros de investigación del país donde trabajas?
2) ¿Crees que las jornadas largas y el ambiente de presión mejoran la productividad científica? ¿Qué otros factores influyen?
3) ¿Qué cambiarías en este modelo competitivo basado en las publicaciones?
Noelia Lozano Vidal
1) La jornada laboral en Países Bajos es parecida a la española, entre 38 y 40 horas semanales. Estos horarios por lo general se cumplen y es normal tomarse días libres si se necesitan. Por ejemplo, tras tener hijos, tanto el padre como la madre pueden trabajar cuatro días a la semana en lugar de cinco, lo que está muy aceptado social y laboralmente.
2) A pesar de que en momentos puntuales la presión y las largas jornadas aumentan la productividad, si esta situación se mantiene o se hace crónica, disminuye la motivación y la capacidad analítica, aumenta el cansancio y la ansiedad... Y pienso que hay otros factores que son críticos también.
Por ejemplo, aquí hay mucha confianza en el trabajador y en su capacidad para tomar sus propias decisiones. El hecho de que la gente no esté quemada y pueda separar el trabajo de lo personal hace que los ambientes sean menos tóxicos. También ayuda que la financiación es mejor, los salarios son altos y hay más perspectivas laborales.
3) El sistema de valoración de CV por publicaciones está obsoleto, hay muchos aspectos valiosos de la investigación que no se ven en los artículos científicos, incluidos resultados negativos. No se está valorando el trabajo bien hecho, ni la realización de tareas muy necesarias para el avance de la investigación, como la docencia, la gestión y la comunicación. Además, la exigencia es dispar en distintas áreas y la capacidad de publicar un artículo depende mucho de si el tema en el que se basa está o no de moda; pero a la hora de la evaluación, todo computa igual.
Alicia Pérez Porro
Pérez Porro contesta a título individual y no como representante de la asociación.
1) La jornada laboral en los laboratorios estadounidenses depende mucho del campo y del laboratorio en que trabajes. En general, no tengo la percepción de que se trabaje más que en España, pero sí de que aquí nadie se queda para calentar la silla.
2) No por tener largas jornadas y un ambiente de presión se produce más. Esos ambientes van en contra de la creatividad y contribuyen a que se publiquen artículos de menor calidad. Lo que aumenta la productividad es tener un sistema detrás que te apoya y te permite dedicarte a lo tuyo, a investigar y a escribir tu artículo, porque ya se encarga de lo demás.
3) Lo que habría que cambiar son los criterios de concesión de proyectos y becas. Hoy todo se basa en el número de artículos y dónde los has publicado. El publish or perish [publicar o perecer] ha convertido a los investigadores en máquinas de producir datos, en vez de personas curiosas que quieren responder preguntas. Además, si tienes que parar tu carrera porque has tenido un hijo, por enfermedad o por cuidar de un familiar, te quedas fuera. Así se pierde una cantidad inmensa de talento.
Si el dinero se repartiese siguiendo otros criterios, se aumentaría la diversidad. Tendríamos científicos más creativos y con más capacidad de propiciar descubrimientos novedosos.
Paula Fernández Guerra
1) Los contratos a tiempo completo en Dinamarca son de 37 horas semanales y se otorga una gran importancia a la conciliación familiar. En ciencia, hay diferencias. En la universidad, los horarios son bastante flexibles y las horas extra habituales, lo normal es hacer unas 45 horas. En los hospitales se suele trabajar de 8 de la mañana a 4 de la tarde. Las empresas tienen horarios menos flexibles, pero las horas extra o en fines de semana son excepcionales.
2) En Dinamarca los departamentos de prevención de riesgos laborales tienen un responsable de “felicidad en el trabajo” o satisfacción laboral, que surge de distintos estudios que demuestran que está ligada a una mayor productividad y a menos bajas laborales. Sin embargo, desconocemos si hay estudios específicos de productividad científica.Sí hay estudios que apuntan a que los investigadores tienen mayor estrés y presión que los trabajadores de otros sectores.
3) La presión por publicar existe, sin embargo, aquí se valoran otros aspectos como la divulgación científica, la organización de congresos o cursos, la supervisión de estudiantes… El objetivo es reducir la presión por publicar y valorar a los investigadores en su conjunto.
También se debería favorecer la publicación de resultados negativos o estudios que reproduzcan resultados, ya que una de las fuentes de presión por publicar radica en ser el primero en hacerlo. Si no lo consigues, se considera que no has sido productivo.
Por otro lado, una mayor estabilidad laboral y financiación aumentaría la calidad de la investigación. Esta presión y la inestabilidad laboral son las principales razones por las que la mitad de los profesionales relacionados con la ciencia en Dinamarca prefieren trabajar en el sistema privado de I+D, uno de los principales motores económicos del país.
Elisa García
1) Es muy difícil hacer una generalización. Los únicos datos que hay son los obtenidos a través de encuestas a los trabajadores, por ejemplo, la realizada por la asociación interna de doctorandos del Max Planck, PhDNet, en la que se dibujan jornadas laborales de 46 horas semanales de media (de 50 horas en Biomedicina), 11,2 horas más de lo que estipulan sus contratos. El 26 % y el 29 % trabajan dos y tres fines de semana al mes, respectivamente. Un 10 % responde que trabaja todos los fines de semana y solo un 4 % asegura no trabajar ninguno.
2) En los sistemas meritocráticos cabe esperar que, al competir por los recursos limitados, la productividad aumente. Lo que aumenta es el número de las publicaciones, pero esto no siempre va ligado con la calidad. Al mismo tiempo aumentan también la conducta desleal, el fraude científico, la irreproducibilidad, la búsqueda de impacto publicitario y la inestabilidad. Lo más alarmante es el impacto en el personal investigador, que presenta mayor incidencia de depresión y ansiedad.
Si midiéramos la productividad con otros criterios, como la continuidad, la reproducibilidad, el impacto a largo plazo, las patentes, las colaboraciones, la calidad de la formación y el desarrollo profesional de los investigadores, quizás entonces la productividad no aumentaría al ejercer presión en este sistema competitivo.
3) Creo que habría que replantearse qué es lo que queremos devolver a la sociedad y, en base a eso, generar los criterios para medir los méritos. Hay que dotar al sistema académico de mayor estabilidad en financiación. No es productivo estar comenzando constantemente nuevos proyectos o producir datos no reproducibles por el mero hecho de incrementar las publicaciones para conseguir financiación.
Para terminar, habría que incrementar las salidas del personal investigador a otros sectores para no generar tan alta competitividad y aprovechar este capital humano altamente cualificado. Al mismo tiempo, mejorar las capacidades de liderazgo y de gestión mejoraría el estado mental de los investigadores y su productividad.
En la próxima entrega, abordaremos propuestas para mejorar las condiciones psicosociales en la ciencia. Un adelanto: en este gráfico sintetizamos sugerencias para jefes extraídas de los artículos de Fernando Maestre: Seven steps towards health and happiness in the lab y Ten simple rules towards healthier research labs.
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