Cada año el Boletín de Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago (EE UU) compuesto, entre otros, por científicos galardonados con el premio Nobel, adelantan, retrasan o mantienen los minutos del Reloj del Apocalipsis, indicador de la vulnerabilidad del mundo frente a las amenazas del cambio climático y de las armas nucleares. Este año, los expertos adelantan la hora y nos sitúan a tres minutos de la “medianoche”, es decir, del Apocalipsis.
La construcción del Canal de Nicaragua, que acaba de ponerse en marcha para unir el Mar Caribe y el Océano Pacífico, puede convertirse en un desastre ambiental y social de dimensiones internacionales ante la ausencia de estudios independientes que valoren los riesgos de esta enorme obra de ingeniería, según el editorial de hoy de la revista Science. Los autores del artículo hacen un llamamiento a la comunidad científica internacional para que se involucre en la resolución del conflicto.
Parecen bolsas de gelatina que vagan sin rumbo por los océanos, pero algunas especies de medusas tienen una sorprendente habilidad para detectar la dirección de las corrientes oceánicas e, incluso, oponerse a ellas. Así lo confirma un estudio sobre el aparente libre errar de la medusa aguamala, típica de costas del norte de Europa y el Mediterráneo. El hallazgo permitirá mejorar la gestión de las plagas.
Investigadores del Museo Americano de Historia Natural y de la Universidad de Florida (EE UU) han comprobado que, pese a lo que se creía, los murciélagos del Caribe resistieron al cambio climático de hace unos 10.000 años.
El análisis de 42 estudios científicos demuestra que los córvidos tienen mucho menos impacto que lo que se pensaba en otras especies de aves. / Jorge Piñeiro
En la literatura, los cuervos son señal de mal augurio y aliados de las brujas. La mayoría de la gente cree que roban, comen huevos de otras aves y limitan las poblaciones de otros pájaros. Pero un nuevo estudio, que ha recopilado más de 326 interacciones entre los córvidos y sus presas, demuestra que su mala reputación no está del todo justificada.
El cultivo de organismos genéticamente modificados (OGM) es un tema no exento de controversia debido a los riesgos que conlleva: el crecimiento incontrolado de estas especies y su dispersión en la naturaleza. Dos equipos científicos proponen alternativas para impedir que puedan convertirse en invasores.
Al eliminar las reses muertas de la naturaleza, los carroñeros ayudan de forma indirecta a reducir los niveles de CO2 emitidos a la atmósfera. / Manuel Jesús de la Riva Pérez
Desde el mal de las vacas locas, la legislación europea prohibió en 2002 el abandono de reses muertas en la naturaleza para que las aves carroñeras se encargaran de su eliminación. La retirada se hizo a través de plantas industriales. Aunque desde entonces la legislación se ha modificado levemente, siguen siendo empresas autorizadas las que se ocupan de su transporte en España. Un nuevo estudio demuestra que la retirada artificial de animales ha supuesto un aumento de hasta 77.344 toneladas de CO2 al año.