Murciélagos grande de herradura (Rhinolophus ferrumequinum). / Gareth Jones.
Durante la hibernación, el lémur enano (Cheirogaleus medius), no realiza la fase no-REM del sueño. / Mackenzie Wing
La evolución de rasgos similares en diferentes especies, un proceso conocido como evolución convergente, está muy extendido a nivel biofísico y genético. Un análisis de la ecolocación animal en diferentes especies, dirigido por la Universidad Queen Mary de Londres, revela que los murciélagos y los delfines poseen similitudes genéticas.
La rana Gardiner, endémica de las islas Seychelles, es una de las ranas más pequeñas del mundo y carece de oído medio y tímpano, sin embargo, puede croar y escuchar a sus congéneres. El misterio de cómo lo hace ha sido resuelto por un equipo internacional de investigadores del Centro Nacional para la Investigación Científica francés. Con un estudio de rayos X han demostrado que estas ranas utilizan su cavidad oral y los tejidos blandos y óseos para transmitir el sonido al oído interno.
La combinación de la cavidad bucal y la conducción ósea permite a las ranas Gardiner percibir el sonido con eficacia sin el uso de un oído medio con tímpano. / CNRS.
El Grupo de Afidología de la Universidad de León, junto con la afidóloga mexicana Rebeca Peña y el genético de la Universidad de Valencia David Martínez-Torres, ha descrito un nuevo género de pulgones a partir de una muestra recogida en Bidens pilosa (una especie de planta de la familia Asteraceae) en las inmediaciones de la Universidad de Costa Rica, entre otras.
Es común que los coros de las aves al amanecer hagan abrir los ojos a quienes viven en áreas residenciales de las ciudades. Un estudio de la Universidad de Sevilla muestra que este fenómeno es mutuo, es decir, que algunas aves urbanas –como el gorrión y el estornino negro–, adelantan su canto porque el ruido antropogénico las despierta.
Uno de los dientes fósiles hallados en Canarias / IEO.
Investigadores del Instituto Español de Oceanografía han descubierto en aguas canarias, y a más de 1.000 metros de profundidad, un importante yacimiento submarino de fósiles en el cual se han encontrado dientes de megalodón, el tiburón más grande y mayor depredador marino que ha existido.