Un estudio internacional en el que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha desarrollado un modelo matemático para prever los colapsos ambientales mediante la detección de señales tempranas de cambios. El trabajo, que aparecerá publicado en Nature, sugiere que el estado de salud de los ecosistemas fluctúa de forma brusca poco antes de derrumbarse.
Punta de flechas en Kathu Pan 1 (Sudáfrica). Imagen: Jayne Wilkins.
Los humanos primitivos ataban puntas de piedra a mangos de madera para confeccionar lanzas y cuchillos 200.000 años antes de lo que se pensaba. Según un estudio publicado en la revista Science, el ancestro común de neandertales y Homo sapiens –el Homo heidelbergensis– ya empleaba esta técnica.
Comunidades coralinas de las Islas Maldivas. Imagen: Xavier Turon.
Hasta 972.000 especies diferentes de organismos eucariotas podrían encontrarse en los océanos, según revela una investigación internacional en la que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. La predicción ha sido elaborada por 270 taxónomos procedentes de 32 países diferentes y sus conclusiones aparecerán recogidas en la portada del próximo número de la revista Current Biology.
Jabalí en sierra Espuña (Murcia). Imagen: Martien A.M. Groenen
Un equipo de expertos de la Universidad de Valencia ha trabajado con la Universidad Miguel Hernández y el Instituto Craig Venter para detectar, con técnicas de secuenciación masiva, todos los genomas de varios grupos de microorganismos de la Albufera (Valencia) y el Mar Menor (Murcia). En total, se han obtenido más de un millón de secuencias.
Una investigación del Museo Nacional de Ciencias Naturales analiza la estructura genética y la conectividad entre las poblaciones mediterráneas del coral naranja (Astroides calycularis). El estudio concluye que la conectividad genética es muy baja entre colonias que distan más de un kilómetro. Estos resultados pueden ayudar al diseño de Áreas Marinas Protegidas que garanticen la conservación de esta especie, uno de los pocos invertebrados marinos incluidos en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.
Un grupo de investigadores liderados por la Universitat Autònoma de Barcelona ha encontrado una de las primeras evidencias de mezcla genética entre europeos y asiáticos en los restos de antiguos guerreros escitas, que vivieron hace más de 2000 años en Mongolia, en el macizo de Altái. Los resultados indican, contra lo que se consideraba hasta ahora, que esta mezcla no fue fruto de una migración europea hacia el este, sino de una expansión demográfica de la población local de Asia Central, favorecida por las mejoras tecnológicas que les supuso adoptar la cultura escita.