Un estudio de científicos estadounidenses responde a la incógnita en torno a la desaparición estacional del tiburón peregrino (Cetorhinus maximus). Los investigadores han descubierto que el segundo pez más grande del mundo viaja durante meses en aguas tropicales del Océano Atlántico a profundidades de entre 200 y 1.000 metros durante el invierno.
Tiburón peregrino. Foto: Nick Caloyianis
Las temperaturas del fondo del océano desencadenan el desove de los camarones del norte
Huevos en el abdomen de un camarón hembra. Foto: S. Southerland
En las profundidades de los océanos y sin testigos, los equipos de pesca abandonados capturan a todos los seres vivos que se cruzan por su camino provocándoles la muerte. El informe que ha presentado hoy la Organización de Naciones Unidas (ONU) muestra las cifras de este problema, y propone soluciones para evitar la innecesaria muerte de miles de animales.
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha publicado hoy un informe sobre los daños que causan sobre el medioambiente marino las 640.000 toneladas de equipos de pesca que vagan por los océanos. El aumento de la pesca en general y del uso de materiales sintéticos resistentes hace empeorar esta situación.
Estrellas de mar atrapadas en una red de pesca. Foto: Em and Ernie