No podrás conectarte si excedes diez intentos fallidos.
La Agencia SINC ofrece servicios diferentes dependiendo de tu perfil.
Selecciona el tuyo:
Licencia Creative Commons 4.0
No podrás conectarte si excedes diez intentos fallidos.
La Agencia SINC ofrece servicios diferentes dependiendo de tu perfil.
Selecciona el tuyo:
Cinco investigadores de EE UU, Canadá y Reino Unido han firmado una carta en la revista Science donde se insta a evitar el rechazo a toda la comunidad científica rusa por las acciones del Gobierno de Putin en Ucrania. También esperan que las medidas de castigo a Rusia no perjudiquen a los propios valores e intereses de Occidente.
Las generaciones jóvenes ignoran lo que ha sido vivir con un horizonte dominado por un hongo atómico, la nube con forma de seta que simbolizaba el apocalipsis nuclear. Y lo desconocen porque este temor desapareció con la Guerra Fría y el desarme parcial de los misiles de EE UU y Rusia. De pronto, el espectro de una hecatombe ha sido convocado por Vladimir Putin, y el miedo nuclear, que se mantenía agazapado, se nos ha echado encima.
Cualquier enfrentamiento bélico tiene unas consecuencias terribles para la salud de la población y dura generaciones. Al número de muertes, heridas graves y problemas psicológicos, hay que sumarle la pérdida de recursos sanitarios que origina. Esto afectará durante años al bienestar y progreso de la sociedad.
El Ministerio de Ciencia e Innovación no adoptará nuevos contratos ni convenios con organizaciones de Rusia ni Bielorrusia y suspende, por principio, todos los que están en curso. El de Universidades no suscribirá nuevos acuerdos de cooperación académica e institucional con Rusia. Sin embargo, ambos ministerios impulsarán iniciativas y proyectos dirigidos a fortalecer las relaciones con Ucrania y dar apoyo a la comunidad científica y académica del país.
Cuando se cumplen dos semanas de la invasión rusa a Ucrania, dos millones de refugiados ya han huido del país, según Naciones Unidas. Los conflictos bélicos son actos violentos tanto por sus características propias como por las secuelas que generan, con repercusiones inmediatas y futuras sobre la salud de las personas.
Los vínculos científicos entre Europa y Rusia se han estrechado en los últimos años, hasta el punto de que Rusia es uno de los países más activos en el programa de ciencia europeo. Además, colabora con la Agencia Espacial Europea y en grandes instalaciones como el CERN o ITER que ahora se replantean la colaboración o, como ya ha anunciado la Comisión, la congelan.
Hablamos con Sanita Reinsone y Oleksandra Ivashchenko, fundadora y colaboradora de #ScienceForUkraine, una iniciativa para ayudar a la comunidad investigadora ucraniana a continuar con sus trabajos fuera del país.
La rápida deserción que se está produciendo entre las organizaciones que han dirigido las amenazas de ciberseguridad más críticas a occidente en los últimos años deja en evidencia que estos grupos, como sucede también con los oligarcas, están más preocupados de su fortuna personal que de otra cosa. Ya no hay romance con Rusia, sino bitcoins.
“Exigimos la paz para nuestros países. ¡Hagamos ciencia, no la guerra!”. Así concluye la carta abierta antibélica impulsada por el científico ruso Mikhail Gelfand a la que se han sumado cientos de firmas.
Un grupo de investigación, con participación española, ha creado una potente base de datos genética con la que poder identificar a víctimas y desaparecidos en el país centroamericano. Para ello, se ha analizado la variación genética de 248 hombres y 143 mujeres con una gran resolución.