Las llamas continúan en distintas regiones de España, afectando miles de hectáreas y provocando desalojos. Las autoridades mantienen el seguimiento y coordinan la respuesta de los equipos de emergencia.
La expansión de los edificios en la antigua Roma hizo necesario gestionar eficazmente los riesgos derivados de fenómenos naturales y accidentes como terremotos, inundaciones e incendios.
El fuego comenzó el martes 15 en los montes de Arafo, en el sur de Tenerife, y se ha extendido a los municipios de Candelaria, El Rosario, La Victoria, Santa Úrsula y La Orotava. El gobierno canario advierte que la calidad del aire es desfavorable en cuatro de estos municipios.
El proyecto europeo FirEUrisk, en el que participa el CSIC, destaca la importancia de educar a la población en prevención y toma de decisiones para salvar vidas cuando las llamas se acercan. Las herramientas desarrolladas integran los factores de riesgo y la supresión del fuego, tomando en consideración las condiciones climáticas, pero también a las personas, infraestructuras e impactos socioeconómicos.
Investigadores de España y México han desarrollado un método que registra las imágenes del humo y analiza su movimiento, color y textura para detectar incendios en segundos con una precisión de hasta el 99,83 %. En un principio, la herramienta está pensada para incendios en edificios.
Durante la última semana, las llamas se han extendido sin control por el Parque Natural de Tamadaba, al noroeste de la isla de Gran Canaria. El ligero descenso de las temperaturas este miércoles ha permitido que los equipos de extinción puedan empezar a estabilizar el fuego y asegurar ciertas zonas. La mitad de las 9.000 personas evacuadas ha podido volver hoy a sus casas.
Científicos de la Universidad de Barcelona lideran un estudio que demuestra que el calentamiento global hará que la extensión de las zonas quemadas por los incendios forestales en la Europa mediterránea aumente.
El pinzón azul es un ave endémica del Pinar de Inagua, Canarias. La especie, con un área total de distribución de alrededor de 30 km2, llegó a tener menos de 200 ejemplares en 2008 tras los grandes incendios ocurridos un año antes. Una nueva investigación, en la que participa el Museo Nacional de Ciencias Naturales, ayuda a encontrar las áreas más adecuadas para la reintroducción de esta ave.
Un mes después del incendio en el Parque Natural de Doñana en Huelva, la organización SEO/BirdLife revela en un informe que la pérdida de biodiversidad ha afectado a los 38 mamíferos característicos del parque como el lince ibérico, y a más de 70 especies de aves como el águila imperial ibérica. Además, se han visto afectadas 40 clases de plantas, algunas cuya supervivencia se ve gravemente amenazada tras el incendio.