La Agencia Europea del Medicamento ha confirmado que la relación beneficio-riesgo global sigue siendo positiva para la vacuna de Janssen/Johnson & Johnson contra la covid-19, aunque sí ha encontrado una posible asociación con casos poco frecuentes de coágulos sanguíneos con plaquetas bajas.
Las vacunas aprobadas en Europa contra la covid-19 son fruto de tecnologías que llevan décadas desarrollándose y se conocen bien. Los investigadores aseguran que ninguna interfiere con el ADN humano.
El sondeo demoscópico, realizado del 5 al 14 de abril, pone de relieve que un 58,9 % de la población señala que la situación de pandemia le está afectando "mucho o bastante". Un 6,2 % de los entrevistados no quiere vacunarse, casi un punto más que en el estudio de marzo.
El estudio CombivacS medirá el nivel de anticuerpos que genera una persona a la que se administra la vacuna de Pfizer como segunda dosis después de haber recibido una primera de AstraZeneca. En España, dos millones de españoles han recibido una sola inyección de la pauta británica.
“Los reguladores deben hallar un equilibrio entre poner nuevos fármacos a disposición de los pacientes lo antes posible y recabar información suficiente sobre su calidad, seguridad y eficacia”, explica la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Un sistema cuidadosamente diseñado detecta cuanto antes eventos no esperados que los ensayos clínicos no podían advertir.
Confirmar si estos fármacos pueden provocar raros casos de trombosis con plaquetas bajas, entender el mecanismo y qué personas son susceptibles permitirá tratar este infrecuente síndrome. Toda esta información reduciría aún más la probabilidad de daños potenciales.