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Un equipo del Museo Nacional de Ciencias Naturales lleva trabajando con las poblaciones de herrerillo común de Valsaín (Segovia) durante más de una década. En un estudio reciente han comprobado cómo el incremento de la temperatura y la velocidad del viento y la reducción en las precipitaciones afectó a la abundancia de algunos parásitos.
Un equipo de científicos ha descubierto una nueva familia de genes presentes en la mayoría de virus de ADN que infectan a insectos, que se ha integrado múltiples veces en los genomas de su huésped y les ha conferido protección frente a determinados grupos de avispas parasitoides.
La temperatura y la humedad de los nidos de herrerillos comunes pueden afectar a la presencia de parásitos. Según un estudio que predice los efectos del cambio climático sobre el parasitismo, el aumento de la temperatura en los nidos reduce la presencia de parásitos externos, pero incrementa la de parásitos en sangre.
Pequeño pero letal, el ácaro de dos puntos, también conocido como araña roja, arrasa numerosos cultivos gracias a su gran capacidad reproductora. Unos científicos japoneses han demostrado ahora cómo un plaguicida natural, a base de ingredientes alimentarios, afecta a los huevos de este parásito, protagonista del #Cienciaalobestia, impidiendo su eclosión.
La excepcional preservación de heces fósiles, llamadas coprolitos, del yacimiento de Las Hoyas en Cuenca, ha permitido la identificación de huevos de parásitos en dos restos atribuidos a peces y cocodrilos. El hallazgo también documenta la antigua conexión entre peces Gonorynchiformes basales y los parásitos trematodos.
Científicos japoneses han descubierto, por primera vez, una especie “extremadamente rara” de cimotoido, un crustáceo que parasita el paladar de los peces, en la boca de un tiburón de aguas profundas del Pacífico y conservado en una colección de museo. Hasta ahora, esta especie de ectoparásito casi desconocida, protagonista del #Cienciaalobestia, solo se había encontrado en el Atlántico, por lo que el hallazgo amplía su rango de distribución a lados opuestos de la Tierra.
Un equipo internacional de científicos, en el que participa la Universidad de Granada, advierte de la necesidad de preservar los parásitos, organismos esenciales para mantener la estabilidad de los ecosistemas. Los investigadores proponen un plan de conservación para los próximos diez años.
Un equipo internacional de científicos ha constatado que el 58 % de las sardinas y el 60 % de las anchoas de la mitad oeste del mar Mediterráneo ingieren fibras de plástico milimétricas. Estas especies de peces son las más comercializadas y consumidas de esta zona.
Investigadores cordobeses han identificado 128 especies de nematodos, organismos parásitos del olivar. Este muestreo completo en Andalucía constituye el primer paso para combatirlos, ya que sus efectos sobre los árboles reducen el crecimiento del cultivo, en especial al inicio del desarrollo de las plantas jóvenes.
El cambio climático y la actividad agraria están aumentando la salinidad en los sistemas acuáticos del Mediterráneo. Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas indica que los insectos acuáticos de Doñana, que tienen un papel regulador del ecosistema, muestran menos tolerancia a la salinidad y experimentan tasas más bajas de supervivencia y fecundidad.