El superbólido Cheliábinsk cruzó el 15 de febrero de 2013 los cielos de los Urales cerca de esa ciudad rusa. / Alex Alishevskikh
Evacúan a 9.000 residentes para construir el radiotelescopio chino FAST
Los astrofísicos han conseguido analizar por primera vez la atmósfera de un exoplaneta de la clase de las supertierras, por su masa superior a la de la Tierra pero sin llegar a ser un gigante gaseoso. Con los datos del telescopio espacial Hubble y una nueva técnica de análisis, se ha podido comprobar que el exoplaneta ‘55 Cancri e’ tiene una atmósfera seca compuesta de hidrógeno y helio, pero sin rastro de vapor de agua.
Antes, solo aquellos que poseían un telescopio o visitaban un observatorio podían observar en toda su plenitud la belleza del universo. Por suerte, desde hace unos años, disfrutar del patrimonio celeste es un plan accesible gracias a los esfuerzos de instituciones como la fundación Starlight. España, con varias zonas que destacan por la calidad de su cielo, es uno de los destinos idóneos para practicar el astroturismo, un sector emergente que aúna la ciencia con el desarrollo rural sostenible.
Esta infografía muestra las localizaciones de los destinos turísticos escogidos por la fundación Starlight en España.
El 15 de febrero de 2013 el mundo estaba pendiente de la aproximación a la Tierra del asteroide (367943) Duende, pero de repente un superbólido cruzó la atmósfera y cayó cerca de la ciudad rusa de Cheliábinsk. Desde entonces se han escrito más de 200 estudios científicos para tratar de explicar la procedencia de este inesperado visitante, que causó daños en edificios y heridas leves a casi 1.500 personas. Conocer de forma precisa su velocidad de entrada en la atmósfera parece la clave para determinar su órbita.
El mayor espectáculo del universo, un hito histórico, una nueva ventana para conocer el cosmos, la demostración de que el espacio-tiempo está vivo… Así se expresan científicos de todo el mundo cuando describen la detección de ondas gravitacionales anunciada esta semana por la colaboración LIGO. Sinc ha hablado con media docena de físicos de primera línea de España y EE UU para que valoren su relevancia; entre ellos, Alan Guth y Andréi Linde, los padres de la inflación cósmica.
La Comunidad de Madrid captada desde el espacio por la cámara del satélite Sentinel-2A. / ESA
El físico y divulgador Paul Davies (Reino Unido, 1946) es uno de los muchos científicos que no pueden disimular su emoción después del anuncio que ha puesto en pie a astrofísicos y cosmólogos: la detección de ondas gravitatorias desde la Tierra. Según este profesor de la Universidad de Arizona, famoso por sus provocadoras opiniones sobre ciencia y religión, las ondulaciones recién captadas nos proporcionan un “tercer ojo” para observar el cosmos.
Aquel 14 de septiembre de 2015 saltaron las alarmas en los observatorios LIGO de Hanford y Livingston, en EE UU, tan solo tres minutos después de que una señal procedente de la fusión de dos agujeros negros llegara a la Tierra. En España era poco antes de mediodía, y los investigadores de la Universidad de las Islas Baleares que participan en este proyecto nunca olvidarán aquel día histórico en el que comenzó la astronomía gravitacional.