Una colorida y completa imagen del universo en evolución. / Hubble/ESA-NASA
Un equipo de astrónomos de EE UU y Europa acaba de anunciar el descubrimiento de un nuevo tipo de planetas: las megatierras. Su primer representante es Kepler-10c, de superficie rocosa y con un peso 17 mayor que el la Tierra. El hallazgo ha sido posible gracias a las observaciones del Telescopio Nazionale Galileo desde Canarias.
El Gran Telescopio Canarias va a incorporar el primer espectrógrafo capaz de observar la emisión del gas situado entre las galaxias, al captar imágenes directas de la emisión de la red cósmica. Su nombre es MEGARA y en el proyecto participan investigadores de las universidades Complutense y Politécnica de Madrid junto a científicos mexicanos.
La megatierra Kepler-10c pesa 17 veces más que nuestra planeta. Al fondo su estrella, y en medio otro planeta. / TNG-V.Guido
El primer paso de la humanidad en nuestro satélite, el aviso “Houston, hemos tenido un problema” y las imágenes que llegan de Marte se han registrado gracias la Red de Espacio Profundo de la NASA, un conjunto de antenas situadas en tres estaciones de la Tierra. Una está en Madrid, donde el jefe científico de la red, Joseph Lazio, ha compartido con Sinc algunos aspectos de este proyecto de comunicación interplanetaria.
Robert Valeur (a la derecha) y un representante del cantón de Ginebra observan los primeros movimientos de tierra. / CERN
El cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, objetivo de la misión Rosetta, ha comenzado a desarrollar la coma, una envoltura de polvo que rodea el núcleo. Las imágenes han sido tomadas por la cámara OSIRIS, en cuyo desarrollo tecnológico y explotación científica de resultados participan investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía.
Esta impresión artística muestra al magnetar del rico cúmulo de estrellas muy jóvenes Westerlund 1. / ESO/L. Calçada
En la imagen, tomada en el Observatorio Harvard en Cambridge, Massachusetts, Fleming (de pie, en el centro de la fotografía) cerca del año 1890 junto a las calculadoras humanas –que fueron conocidas coloquialmente como el Harem de Pickering– catalogan estrellas del firmamento. / Universidad de Harvard