Laboratorio del Parque Científico de Barcelona. / Raimón Solà
Sensores de 10 centímetros sujetos a miniboyas y un laboratorio flotante dotado con paneles solares son dos de las apuestas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para luchar contra la contaminación oceánica. Estas dos descripciones corresponden, respectivamente, a los proyectos europeos Sea on a chip, liderado por el CSIC, y Braavo, en el que participan investigadores de varios de sus centros.
La aplicación Farol City Guides, creada gracias a la incubadora de negocios tecnológicos de la Agencia Espacial Europea, trabaja sin conexión a internet para diseñar visitas a once ciudades europeas, gracias a los sistemas de navegación por satélite.
El centro tecnológico Barcelona Digital (BD) será el encargado de coordinar una prueba piloto que se llevará a cabo en la ciudad condal desde hoy hasta el próximo 7 de octubre y en la que 400 ciudadanos probarán las capacidades de una aplicación móvil cuyo objetivo es la mejora del transporte urbano. La iniciativa forma parte del proyecto de la UE Superhub en el que participan instituciones y empresas europeas.
Químicos del Instituto de Investigación Biomédica y del área de I+D de PharmaMar han desarrollado una nueva metodología de síntesis con la pipecolidepsina A, una molécula activa contra once tipos de cánceres,. Esta técnica abre la puerta a copiar y mejorar 38 moléculas naturales derivadas de esponjas marinas muy prometedoras para el tratamiento de distintas enfermedades, según los responables del proyecto.
Una patente, de titularidad compartida entre la Universidad de Sevilla y la Universidad de Córdoba, identifica en una almazara una cepa microbiana del género Terribacillus que genera biodiésel de forma limpia, con un rendimiento más alto y un coste de producción más bajo que el empleado actualmente en la industria de los carburantes.