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El Consejo de Ministros ha aprobado hoy la firma del Protocolo sobre el Agua y la Salud del Convenio de Helsinki de 1992 sobre la Protección y Uso de los Cursos de Agua Transfronterizos y los Lagos Internacionales. Su principal objetivo es la protección de la salud y el bienestar humano mediante una mejor gestión del agua.
El Convenio de Helsinki establece el marco de la cooperación entre los países miembros de la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas con el fin de prevenir y controlar la contaminación de los cursos de agua transfronterizos y garantizar el uso racional de los recursos acuáticos, en la perspectiva de un desarrollo sostenible.
Las partes firmantes se comprometen a adoptar todas las medidas adecuadas para prevenir, controlar y reducir todo impacto transfronterizo, y velar por una gestión de las aguas transfronterizas racional y respetuosa con el entorno, garantizando la conservación y, en caso necesario, la recuperación de los ecosistemas.
Este protocolo es el primer acuerdo internacional de este tipo adoptado expresamente para obtener un abastecimiento adecuado de agua potable y proteger de un modo eficaz los recursos hídricos que se utilizan como fuente de agua potable. Asimismo, obliga a las partes firmantes a adoptar las medidas procedentes para prevenir, controlar y reducir las enfermedades vinculadas con el agua.
Participación del público
Todas las medidas que se adopten deberán estar inspiradas en unos principios, como son los de precaución, prevención, el de que “quien contamina paga”, la gestión integrada de recursos hídricos a nivel de cuencas hidrográficas y, finalmente, el uso eficaz y sostenible del agua, tanto para las generaciones presentes como futuras.
En relación con las materias reguladas por el protocolo, se articula además la participación del público, como la puesta a disposición del público en general de información relativa a planes, objetivos y plazos en relación con la gestión del agua, así como de medidas de sensibilización sobre la interacción entre el agua y la salud.
La nueva institución fomentará y coordinará el uso de la evidencia empírica y el conocimiento científico para mejorar la toma de decisiones y el diseño de políticas públicas, según el jefe del Ejecutivo.
Los finalistas de este año están encabezados por un tipo de medicamentos inyectables prometedores para los problemas de salud asociados a la obesidad. Además, también aparecen en el ranking, el desarrollo de terapias con anticuerpos que pueden ralentizar la neurodegeneración en los enfermos de alzhéimer o el descubrimiento de fuentes naturales de hidrógeno bajo la superficie de la Tierra.
