La ciudadanía española confía en la ciencia, pero exige más compromiso social

La 12ª Encuesta de Percepción Social de la Ciencia de FECYT muestra una ciudadanía interesada y que valora la ciencia. Sin embargo, reclama una comunicación clara y un carácter más participativo e independiente. 

alumnos de secundaria
La inteligencia artificial o el cambio climático, protagonistas en el último barómetro de FECYT. / Universidad Pablo de Olavide | CC

La ciencia sigue gozando de prestigio en la sociedad española, pero el vínculo entre ciudadanía y sistema científico atraviesa tensiones. Así lo refleja la última Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología (EPSCT) 2024, publicada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y presentada hoy en Madrid.

La 12ª edición de un estudio que se realiza desde 2002 con carácter bienal ofrece una radiografía del interés, las actitudes y el grado de confianza de la población hacia la ciencia, en un contexto marcado por crisis globales, desinformación y rápidos avances tecnológicos.

La 12ª edición del estudio ofrece una radiografía del interés, las actitudes y el grado de confianza de la población hacia la ciencia

"La ciencia mantiene una imagen global positiva y sólida", ha dicho en la presentación de resultados Rosa Capeáns, directora del departamento de Cultura Científica y de la Innovación de FECYT. En cuanto al aumento de la exigencia por parte del público, "entender que la ciencia tiene límites y puede fallar fortalece el trabajo que se hace en los centros de investigación".

Entre los principales resultados, destaca que el 81,4 % de la población reconoce el cambio climático como un problema grave, y que un alto número de los encuestados (al menos ocho de cada diez) utiliza inteligencia artificial en su vida cotidiana, aunque con importantes reservas: les preocupan los riesgos asociados (un 70 % cree que tendrá importantes implicaciones en el empleo) o la falta de control sobre su gobernanza. La televisión sigue siendo el principal canal de acceso a información científica, seguida por redes sociales y plataformas de vídeo, aunque estas últimas se mencionan sobre todo como segunda fuente.

Confianza alta, creciente preocupación

Pese a que la confianza en la ciencia y el personal investigador sigue siendo alta, el estudio detecta una creciente preocupación por la independencia del sistema científico y sus vínculos con intereses económicos o políticos. Así lo interpreta Ana Muñoz van den Eynde, responsable de la Unidad de Investigación en Ciencia, Tecnología y Sociedad del CIEMAT, para quien el informe "proporciona evidencia de que la confianza en la institución de la ciencia no pasa por su mejor momento", en declaraciones al Science Media Center (SMC) España.

Muñoz van den Eynde valora positivamente la continuidad de esta encuesta, destacando que "no es habitual en los países de nuestro entorno", y el uso de entrevistas domiciliarias, aunque señala que habrá que analizar los datos sociodemográficos para ver si se repite, como en ediciones anteriores, una sobrerrepresentación de personas con mayor nivel educativo, lo que podría sesgar parcialmente los resultados.

Aunque disminuye el número de personas que se declaran muy o bastante interesadas en estos temas, se reduce también el porcentaje de personas muy poco interesadas

Entre las tendencias más preocupantes, la experta subraya el descenso en la participación ciudadana en actividades científicas, como la asistencia a eventos de divulgación o la implicación en ciencia ciudadana.

También cae de forma significativa la disposición a involucrarse en la toma de decisiones relacionadas con la ciencia y la tecnología, pese a que aumenta el conocimiento sobre cómo funciona la ciencia. "Esta desconexión apunta a una ciudadanía que valora la ciencia, pero se siente distante de ella", afirma.

Otro dato llamativo es que, aunque el interés general por la ciencia se mantiene estable (un 13,2 % de la población se muestra especialmente interesada, frente al 12,3 % que lo hacía en 2022), disminuye el número de personas que se declaran muy o bastante interesadas en estos temas. A la vez, se reduce también el porcentaje de personas muy poco interesadas, lo que sugiere una cierta moderación en las posiciones extremas.

El efecto de las redes sociales

Respecto a la calidad de la información científica disponible, la experta del CIEMAT señala que la población la percibe como "insuficiente y superficial", lo cual podría deberse a la preeminencia de redes sociales y plataformas digitales como principales canales de acceso. Esta tendencia, advierte, puede reflejar una exigencia ciudadana desprovista de corresponsabilidad: "Es la dificultad para asumir que lo que obtenemos depende también de lo que hacemos; una dificultad para asumir nuestra responsabilidad".

En cuanto a la confianza, el estudio revela que, si bien se sigue creyendo en la capacidad de la ciencia para generar conocimiento, crece la sospecha sobre posibles sesgos introducidos por quienes financian la investigación. "Es preocupante que un 41,6 % de las personas entrevistadas considere que se han producido virus en laboratorios gubernamentales para controlar nuestra libertad", dice Muñoz van den Eynde, una cifra que reflejaría la penetración de narrativas conspirativas. "Se confía en la ciencia, pero preocupa cada vez más su instrumentalización", resume.

La ciencia sigue siendo reconocida, pero ya no como una fuente infalible, sino como un sistema al que se exige transparencia, orientación social y rendición de cuentas

Belén Laspra, Universidad de Oviedo

Desde otra perspectiva, Belén Laspra, profesora de Filosofía en la Universidad de Oviedo e investigadora en estudios sociales de la ciencia, interpreta los resultados como parte de una "ecología crítica" de la ciudadanía hacia la ciencia. Para ella, la encuesta no ofrece una imagen única ni homogénea, sino un mosaico complejo de valoraciones: "La ciencia sigue siendo reconocida, pero ya no como una fuente infalible, sino como un sistema al que se exige transparencia, orientación social y rendición de cuentas".

Laspra insiste en que la percepción social de la ciencia se construye de forma colectiva, a través de la escuela, los medios, el entorno familiar y las redes sociales, pero también está moldeada por factores afectivos, culturales y biográficos. Por ello, reclama una alfabetización científica entendida no solo como acumulación de conocimientos, sino como capacidad para interpretar discursos basados en evidencia: "No basta con conocer fórmulas; hace falta una caja de herramientas crítica para diferenciar entre una duda razonable y una falacia".

La experta también observa una brecha entre el deseo de participar en la ciencia y la práctica real de esa participación. Aunque el ideal de implicación ciudadana se valora positivamente, no siempre se traduce en acción: “Se reconoce la importancia de opinar, pero se delega en los expertos. La participación, como la confianza, no se decreta: se construye”.

Un vínculo más fuerte

En ese sentido, la encuesta pone de manifiesto una tensión saludable entre confianza y escepticismo, una forma de vigilancia democrática que, lejos de suponer una amenaza, puede fortalecer el vínculo entre ciencia y sociedad si se cultiva adecuadamente. "La desconfianza no va dirigida tanto a la ciencia como a las estructuras que la condicionan. Y una ciudadanía que entiende eso está mejor preparada para convivir con la complejidad", concluye Laspra.

Los españoles quieren más ciencia. Frente a los bulos y desinformación, España demanda más evidencia científica

Juan Cruz Cigudosa, secretario Estado de Ciencia, Innovación y Universidades

"Ese 13 % de la población que se muestra especialmente interesada por la ciencia es el doble de lo que era en la primera edición del estudio", ha apuntado Pablo Cabrera, investigador en la Universidad de Essex, durante el acto de presentación de los resultados, en el que han estado también presentes la directora general de FECYT, Izaskun Lacunza y el secretario de Estado de Ciencia, Innovación y Universidades, Juan Cruz Cigudosa, encargado de la clausura del acto. "Los españoles quieren más ciencia. Frente a los bulos y desinformación, España demanda más evidencia científica", ha concluido. 

Fuente: SINC
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