Protección de una especia única

Los koalas solo pasan diez minutos al día en el suelo, pero dos de cada tres mueren ahí

Un nuevo estudio ha registrado con gran precisión los movimientos de koalas salvajes en un paisaje agrícola australiano. Los datos muestran que, aunque los koalas apenas descienden de los árboles, esos breves desplazamientos por el suelo los exponen a peligros mortales como atropellos o ataques de perros.

Los koalas solo pasan diez minutos al día en el suelo, pero dos de cada tres mueren ahí
Koala salvaje con un collar que lleva un GPS y un acelerómetro. / Ami Fadhillah Amir Abdul Nasir

Los koalas, una especie emblemática y en peligro de extinción en Australia, pasan la mayor parte de su vida entre las ramas de los árboles. Sin embargo, un nuevo estudio revela que los escasos minutos que estos marsupiales pasan en el suelo representan un momento crítico para su supervivencia: cerca de dos tercios de las muertes registradas ocurren durante esos desplazamientos terrestres. Los resultados han sido presentados esta semana en la conferencia anual de la Sociedad de Biología Experimental, que tiene lugar en Amberes (Bélgica).

"El koala es un animal principalmente arborícola, pero debido a la pérdida y fragmentación de su hábitat, se ve obligado cada vez más a moverse por el suelo, donde corre un riesgo elevado de lesiones y muerte", explica Gabriella Sparkes, investigadora doctoral en la Universidad de Queensland (Australia) y autora principal del estudio.

El koala es un animal principalmente arborícola, pero debido a la pérdida y fragmentación de su hábitat, se ve obligado cada vez más a moverse por el suelo

Gabriella Sparkes, Universidad de Queensland (Australia)

Aunque investigaciones previas ya señalaban que el 66 % de las muertes de koalas ocurren en tierra —sobre todo por ataques de perros o atropellos—, se sabía muy poco sobre cómo, cuándo y por qué bajan de los árboles. Para llenar este vacío, el equipo de Sparkes colocó collares con GPS y acelerómetros a koalas salvajes que viven en un entorno muy transformado por la actividad agrícola. Esto les permitió registrar su localización cada cinco minutos, con una frecuencia aún mayor (cada cinco segundos) cuando los animales estaban en el suelo.

"Gracias a los acelerómetros pudimos identificar distintos tipos de movimiento, como caminar, trepar o permanecer quietos, y así clasificar con detalle sus patrones de comportamiento tanto en los árboles como en tierra", señala Sparkes. "Combinado con los datos del GPS, obtuvimos una visión muy precisa de cómo se mueven a través del paisaje".

Solo bajan de noche

Los resultados confirman que los koalas pasan casi todo su tiempo en los árboles, alimentándose o durmiendo. Lo sorprendente fue lo poco que pisan el suelo: solo entre dos y tres veces por noche, durante unos diez minutos en total, lo que representa menos del 1 % del día.

Además, los movimientos por el suelo fueron lentos y cautelosos. "Los koalas pasaron casi tanto tiempo sentados o en pausa como caminando, y apenas un 7 % de ese tiempo lo dedicaron a desplazarse dando saltos ágiles", indica Sparkes. Esto podría indicar que evalúan cuidadosamente el entorno antes de elegir un árbol al que subir, o reflejar el elevado coste energético que supone moverse rápidamente.

La mayor parte del tiempo que pasan en el suelo están sentados o en pausa, lo que refleja el coste energético que les supone moverse

Este trabajo, el primero en documentar con tal nivel de detalle los desplazamientos en tierra de koalas salvajes, abre nuevas líneas de investigación sobre cómo atraviesan hábitats fragmentados. "Ahora estamos analizando qué factores del entorno influyen en el tiempo que permanecen los koalas en los árboles", explica Sparkes. "Si identificamos los tipos de vegetación o condiciones que los animan a quedarse en lo alto, podríamos diseñar o gestionar mejor los paisajes para evitar que tengan que bajar al suelo".

Entre las posibles medidas de conservación figuran el fomento de ciertos tipos de vegetación, la mejora de la conectividad del dosel arbóreo o la reducción de espacios abiertos entre árboles seguros. "Este estudio aporta una pieza fundamental para entender cómo los koalas interactúan con paisajes cada vez más modificados por la actividad humana", concluye Sparkes, "y puede ayudarnos a diseñar estrategias más eficaces para protegerlos".

Fuente:
SINC
Derechos: Creative Commons.
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