La probabilidad de padecer bronquitis crónica, depresión y ansiedad es entre tres y cinco veces superior en las personas que sufren pobreza energética que en aquellas sin problemas con el suministro eléctrico, según un estudio realizado en Barcelona.
El agua sin tratar que llega a las plantas depuradoras se ha convertido en un testigo silencioso de la evolución de la pandemia, pero este año se va a necesitar más investigación y unificar metodologías para aprovechar mejor las posibilidades que ofrece esta aliada frente a la covid-19. Así lo reflejan los artículos científicos más citados en este campo.
Los alimentos de origen vegetal son buena fuente de fibra dietética, vitaminas y minerales, además de sustancias fitoquímicas beneficiosas. Por ello, se recomienda su consumo diario para prevenir el cáncer, la diabetes, las enfermedades cardíacas y la obesidad, así como para contrarrestar las carencias de micronutrientes. Y aunque una dieta saludable no pueda protegernos de la covid-19, sí puede evitar los factores de riesgo que llevan a una peor evolución de la enfermedad.
La covid-19 nos ha dejado cicatrices imborrables. ¿Podremos extraer algo de ellas? Preguntamos a 14 especialistas en salud pública, genética, virología, sociología, economía y bioinformática. En su lista de aspiraciones mencionan más humildad, cooperación, acceso a datos, comunicación, derecho a la salud, servicios públicos y lucha contra la desigualdad.
En general, los niños y niñas se enferman del nuevo coronavirus con menos frecuencia que los adultos, aunque algunos han sufrido la infección de forma grave. La revista Jama Pediatrics publica esta semana un estudio que resume el conocimiento actual sobre el SARS-CoV-2 en los más pequeños.
A punto de cerrar el año, el Instituto de Salud Carlos III recoge el conocimiento adquirido sobre el SARS-CoV-2. El nuevo informe explica qué sabemos hoy del nuevo virus sobre epidemiología, diagnóstico, prevención, manifestaciones clínicas, factores de riesgo, posibles tratamientos y desarrollo de vacunas.
Expertos de la Universitat Politècnica de València han creado un biosensor que permitiría cuantificar la carga viral en espacios interiores como viviendas, restaurantes, aulas, cines o medios de transporte. El prototipo desarrollado se encuentra en la fase de evaluación en hospitales.