Investigadores del Instituto de Biología Evolutiva (Barcelona) y del Instituto de Biología Evolutiva y Estudios Ambientales (Zurich) evidencian la importancia que tienen en la diferenciación de las especies unas regiones genómicas repetitivas antes consideradas no funcionales y no estudiadas. El artículo de referencia aparece publicado en la revista Genome Research, de la que es portada este mes de noviembre.
Los corredores permiten que haya trasmisión de los cantos entre aves del bosque y las que viven en las ciudades. Un estudio del Museo Nacional de Ciencias Naturales y la Universidad de Castilla La Mancha recomienda crearlos para que puedan comunicarse e intercambiar conocimientos.
Por primera vez, los científicos han visto que, ante una falta de agua prolongada, los árboles sufren embolias en su sistema circulatorio y mueren de sed. Las sequías provocadas por el cambio climático podrían causar la muerte de los árboles más altos de los bosques tropicales.
Los inviernos en la zona noreste de Siberia –Yakutia, considerada la región más fría del mundo– pueden alcanzar temperaturas inferiores a los -70 ºC. Pero a pesar de este clima extremo, los caballos yakutos, esenciales en la supervivencia del pueblo yakuto, se han adaptado en menos de 800 años al frío de Siberia siguiendo las migraciones de esta población humana.
El aumento de las temperaturas de los últimos años está cambiando la capacidad de los árboles para captar el carbono de la atmósfera, lo que podría aumentar el efecto invernadero en el planeta. Esta es una de las conclusiones que se obtienen del último estudio europeo realizado tras monitorizar el crecimiento de árboles en múltiples localizaciones del hemisferio Norte, especialmente en Europa. El trabajo ha hecho un seguimiento de bosques mediterráneos, templados y boreales y cuenta con la participación de geógrafos de la Universidad de Zaragoza.
Nola. / Zoo de San Diego
El análisis de 230 muestras de genoma antiguo, entre ellas quince de Atapuerca, ha permitido identificar los genes humanos que cambiaron durante la revolución del Neolítico, con la transición de la caza a la agricultura. Se han detectado variaciones en 12 genes relacionadas con rasgos como el color de la piel y los ojos, la tolerancia a la lactosa, e incluso la menor estatura de los habitantes del sur.