Retrato de Rosalind Franklin. / NIH
Los pollos de las aves emiten señales para obtener alimento de los padres cuando estos acuden al nido y, en algunas especies, también cuando estos no están. Según un estudio del Museo Nacional de Ciencias Naturales, las hembras de estornino visitan más a las crías ante un aumento de estos sonidos producidos en su ausencia, mientras que los machos no alteran su número de visitas por estas llamadas de las crías.
El ADN de los asturianos conserva aún hoy trazas de épocas remotas. Una investigación desarrollada en la Universidad de Oviedo acredita que las antiguas fronteras marcadas por los asentamientos astures prerromanos han dejado su rastro de ADN en las poblaciones actuales.
Los científicos del Instituto Polar Noruego colocarán a algunas osas collares localizadores por satélite para seguir sus movimientos en los próximos años. / Canon Sxalbard - WWF.
Un equipo de investigación ha desarrollado un nuevo enfoque para dar prioridad a la conservación de las especies con mayores rarezas genéticas y geográficas. Lo han aplicado a las 9.993 especies de aves conocidas.
Restos del canino inferior del hipopótamo. / US
Investigadores de la Universidad de Sevilla han descubierto restos óseos y dentarios de presencia de elefantes e hipopótamos en la ribera del Guadalquivir durante el Pleistoceno Medio (780.000 a.C.-120.000 a.C.). También han encontrado restos de caballos y uros, una variedad salvaje del toro, ya extinguido. Los trabajos se han desarrollado en la localidad sevillana de La Rinconada.
Primer premolar derecho y segundo premolar izquierdo, Atapuerca. / CENIEH.
Un equipo de investigadores internacionales liderado por científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha identificado diversos mecanismos por los cuales las interacciones entre distintas especies pueden conferir estabilidad a los ecosistemas. Este hallazgo, que ha sido recogido en la revista Biological Reviews, tiene una importancia añadida dado el actual contexto de cambio global que amenaza al planeta.
Un estudio, llevado a cabo por neurocientíficos estadounidenses, revela que el alcohol inhibe la formación del vínculo de emparejamiento en los topillos machos y en las hembras lo favorece. Los investigadores han elegido este modelo animal por sus similitudes con los humanos en la formación de lazos sociales.