Nuevos fósiles de los géneros Strashila y Vosila ponen en duda la idea de que parasitaran la piel de dinosaurios emplumados y reptiles alados. Un estudio publicado en Nature sugiere que estos insectos extintos eran dípteros que perdían sus alas al salir de la crisálida, copulaban en el agua y morían en el acto. Su característica más extraña es que, según parece, algunos adultos tenían branquias, como las larvas.
Investigadores de la Universidad de La Rioja han localizado el liquen Letharia vulpina -especie en peligro de extinción- por primera vez sobre tejos.
La presencia de plantas invasoras en las islas Galápagos ha aumentado debido a la diseminación de sus semillas por el lagarto de lava, la tortuga gigante y el pinzón, según una investigación internacional en la que participan el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Universidad de Coimbra y la Universidad de Aarhus.
Investigadores de la UNED han participado en la descripción de varias vértebras halladas en el yacimiento de Lo Hueco (Cuenca) que se corresponderían con una nueva especie de lagarto del Cretácico Superior, emparentado con los reptiles varanoideos. Lo peculiar del animal, de unos tres metros de largo, es que se trata de un lagarto terrestre, aunque pertenece a un grupo con hábitos marinos. Dentro de este grupo podría encontrarse el ancestro de las serpientes, lo que reforzaría la idea de un origen no marino para estas.
Con tan solo 23 años Jane Goodall viajó por primera vez a África. Fascinada desde su infancia con este continente, conoció al famoso paleontólogo Louis Leakey y se convirtió en la primera de sus tres ‘ángeles’. Dice haber releído de pequeña muchas veces El libro de la selva y posteriormente Tarzán, hasta pensar que este se casó “con la Jane equivocada”. Estos días está en España y, aprovechando la invitación de la Junta de Castilla y León al Museo de la Evolución Humana y a los yacimientos de Atapuerca, hablamos con ella.
Jane Goodall en su visita al Museo de la Evolución. / MEH.
Uno de los ejemplares de lince en las nuevas instalaciones. / Efe
Un estudio realizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha utilizado aviones teledirigidos para reproducir las rutas de vuelo de aves de presa en libertad y obtener información ambiental de las zonas de caza y las áreas sobrevoladas.