Javier Benítez, investigador del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), fue uno de los protagonistas del Simposio Internacional “Los próximos 20 años en la investigación de los telómeros”, celebrado esta semana en la Fundación Ramón Areces de Madrid. En su especialidad, la relación de la longitud de los telómeros y el cáncer hereditario de mama y ovario, ha aparecido un nuevo invitado: el fenómeno de anticipación en el diagnóstico.
Investigadores de la facultad de medicina Weill Cornell de Nueva York (EE UU) han dirigido el estudio sobre el punto débil genético de un tipo agresivo de cáncer de próstata, una vulnerabilidad que puede tratarse con un medicamento específico que ya está siendo probado en ensayos clínicos para tratar otros tipos de cáncer. El estudio es el mayor análisis en profundidad realizado hasta la fecha del cáncer de próstata neuroendocrino.
Una rara mutación oncogénica hereditaria se asocia con la susceptibilidad al melanoma y al carcinoma de células renales (CCR). El estudio, publicado en la revista Nature y que cuenta con participación española, relaciona dos tipos de cáncer que tienen diferentes factores de riesgo y supone un gran avance con posibles implicaciones terapéuticas.
Investigadores cántabros, en colaboración con el CSIC, han demostrado el papel que juega la proteína TBCC, implicada en los procesos tumorales, en la división celular. Hasta ahora no se conocía su estructura tridimensional completa ni su función in vivo.
Supragen generará un kit de diagnóstico y nuevas terapias contra las metástasis del cáncer de mama.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid y el Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols (IIB), han demostrado la participación de una proteína en el proceso de metástasis de carcinomas basales de mama, un subtipo de tumores muy agresivo.
Científicos españoles han probado con éxito en ratones el tratamiento con yodo para el cáncer de piel, pulmón y colon. El trabajo se basa en la capacidad de una proteína, denominada NIS, presente en la membrana de las células tiroideas. El yodo radiactivo se emplea desde hace años en el tratamiento del cáncer de tiroides “con resultados óptimos”.
Investigadores holandeses advierten, en un estudio publicado hoy en la revista Cancer Cell, de las contraindicaciones de la combinación de quimioterapia y aceite de pescado. En los experimentos realizados en ratones, los tumores se insensibilizaron al tratamiento tras administrarles cantidades normales de estos ácidos omega-3.
Conocer los factores relacionados con la fatiga tras el tratamiento de un cáncer de mama ayuda en la rehabilitación de los supervivientes. SINC/OC.