El mejor plan estival para algunos es excavar en busca de pistas sobre el origen del compartamiento humano. Al menos, para los investigadores del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, que participan un año más en un proyecto español en los yacimientos tanzanos de la Garganta de Olduvai
Los edificios del centro histórico de Salamanca están construidos con piedra arenisca de Villamayor, pero el deterioro que sufre este material en la parte baja de las fachadas ha hecho que con el paso de los siglos se opte por el granito para los basamentos, en concreto, una roca local conocida popularmente como “piedra pajarrilla”. Sin embargo, a menudo las restauraciones no utilizan este granito original, sino otros similares de peor calidad. Ahora, una investigación se propone identificar el material original y las canteras de las que se extrajo para recurrir a ellas en los procesos de restauración.
El estudio de los minerales traspasa los límites de la mineralogía, la cristalografía o la geología, llegando a constituir verdaderas piezas transversales que interesan y conectan la gemología, la historia, el arte, la antropología, la arqueología e incluso la mitología.
Una investigación estadounidense, que se publica hoy en la revista Science, demuestra que algunos dinosaurios y reptiles del Mesozoico (hace unos 250 millones de años) podían ver en la oscuridad y mantenerse activos durante la noche. Estos resultados contradicen la creencia de que estos animales sólo actuaban de día debido a restricciones energéticas.
A diferencia de lo que ocurre en otras cuevas, en la del Águila (Ávila), el desgaste provocado por el turismo es “inapreciable”, a pesar de recibir decenas de miles de visitantes al año. Esta es la principal conclusión de una investigación internacional, liderada por la Universidad de Alcalá (UAH), que ha medido las variaciones térmicas de la cueva.
El grupo de investigación Geomorfología Ambiental y Recursos Hídricos de la Universidad de Huelva ha probado científicamente la existencia del primer tsunami histórico registrado en la costa Atlántica y que tuvo lugar entre 218 a.C. y 210 a.C. Este hallazgo, permitirá conocer mejor estos desastres naturales de origen marino y comprender la historia de las civilizaciones.
El Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino (MARM) ha editado, a través del Organismo Autónomo Parques Nacionales y junto al Instituto Geológico y Minero de España (IGME), la GuíaGeológica del Parque Nacional de los Picos de Europa, que recoge los procesos de formación de sus montañas y rocas y los itinerarios existentes, y analiza 14 rutas con descripciones sobre la geología de distintos parajes.
El Grupo de Cartografía Temática y Sistemas de Información Geográfica es uno de los inquilinos del recientemente estrenado edificio Lucio Lascaray, el nuevo centro de investigación del campus de Álava. Se dedican a construir todo tipo de mapas, desde geológicos a mapas de vegetación e incluso arqueológicos, con una clara vocación de servir, especialmente, a la comunidad científica y universitaria. Un servicio más que justificado, ya que, según explica Luis Eguiluz, geólogo y responsable del grupo, “la gente que hace trabajos espaciales normalmente no está familiarizada con los mapas”.
Un proyecto internacional, el Programa de Geociencias IGCP 567 de la Unesco, trabaja desde 2009 en alargar el catálogo histórico sísmico para establecer el periodo de recurrencia y los tipos de terremotos, e incluso su magnitud aproximada, a través de la arqueosismología -el estudio de terremotos a través de sus evidencias en restos arqueológicos- y la paleosismología, el análisis del registro geológico de las fallas.