Un equipo internacional de investigadores ha comprobado el potencial de la gentamicina C1a y la apramicina como antibióticos de uso clínico. El estudio se ha publicado en Scientific Reports. Cada año mueren en Europa cerca de 33.000 personas por infecciones resistentes a estos fármacos.
Un nuevo estudio muestra por primera vez la influencia del flujo de iones en la supervivencia de algunas bacterias frente a un tipo de antibióticos. Los resultados aportan una nueva visión para el estudio de nuevos fármacos o incluso aumentar la efectividad de los que actualmente se utilizan.
El parásito P. falciparum, causante de la malaria en humanos, puede desarrollar resistencia a fármacos mediante cambios epigenéticos en los genes clag3. Estos resultados son relevantes para el desarrollo de fármacos, ya que esta resistencia puede surgir rápidamente, incluso en el curso de una misma infección.
Científicos de la Universidad Autónoma de Barcelona y de la Universidad de Maryland Baltimore County han descrito un nuevo método capaz de originar resistencia a fármacos antibacterianos sintéticos mucho antes de su invención y en ausencia de sustancias análogas naturales que favorezcan la aparición de genes de resistencia. El estudio ha establecido que los genes de resistencia a sulfamidas aparecieron hace millones de años, a partir de una mutación en el gen diana de este fármaco.
Un equipo de la Universidad de Málaga ha descubierto que el gen ADT2 es esencial en los vegetales para producir aminoácido fenilalanina, un compuesto que determina el color y olor a las flores, confiere propiedades medicinales en algunas plantas y aporta resistencia a la madera, y por lo tanto condiciona su supervivencia.
La resistencia a antibióticos es considerada una de las mayores amenazas para la salud y no solo afecta al ser humano. Una investigación internacional en la que participa la Universidad Complutense de Madrid ha recorrido más de 350 granjas de pollos y cerdos de nueve países de la Unión Europea y ha identificado, utilizando herramientas genómicas, 407 genes de resistencia a antibióticos en los más de 9.000 animales analizados.
La toxicidad de los insecticidas utilizados para el control de la malaria podría verse comprometida por la temperatura ambiente. Por eso, un nuevo estudio subraya la necesidad de evaluar estos compuestos bajo condiciones reales de terreno. Los autores advierten que los resultados obtenidos en el laboratorio deben interpretarse con precaución ya que las condiciones son limitadas. En el campo, sin embargo, las temperaturas pueden variar significativamente a lo largo de una misma jornada.
Numerosas mutaciones genéticas son la clave para que Plasmodium falciparum, el parásito causante de la malaria, se vuelva resistente a los distintos tratamientos. Investigadores de un consorcio internacional, en el que participa GSK Tres Cantos, en Madrid, han analizado el genoma de 262 parásitos resistentes a 37 grupos de fármacos y, sorprendentemente, hay un gen de resistencia para cada compuesto.
Investigadores de Cataluña han propuesto una nueva vía para combatir las células tumorales de próstata que se han hecho insensibles a los tratamientos disponibles. El cáncer de próstata es una enfermedad creciente en todo el mundo. En Estados Unidos y Europa es uno de los tumores más frecuentes y figura entre las principales causas de muerte por esta patología.
Investigadores de la Universidad de Sevilla, junto con el Hospital Universitario Virgen Macarena y el Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS), han demostrado que infecciones hasta ahora resistentes a los antibióticos pueden volver a curarse si se suprimen los genes responsables de reparar el ADN. Para ello, han experimentado en ratones cómo actúa el microbio E. coli ante los efectos de medicamentos tras modificar su información genética.