Los datos del telescopio espacial Kepler han permitido descubrir 1.284 nuevos planetas fuera de nuestro sistema solar, según ha anunciado esta semana la NASA. El hallazgo, que supone doblar el número de exoplanetas conocidos hasta ahora, se ha logrado gracias a una novedosa técnica estadística que analiza los datos obtenidos por esta misión.
En 2012 el observatorio IceCube de neutrinos detectó una de estas esquivas partículas desde la Antártida. Al mismo tiempo, el telescopio espacial Fermi y la red de radiotelescopios terrestres TANAMI registraron un aumento del brillo en la galaxia PKS B1424−418. Ahora un equipo internacional de astrofísicos concluye que aquel neutrino procedía de una fuente energética de esa galaxia con una probabilidad del 95%, un hallazgo que puede inaugurar la astronomía de neutrinos.
Un globo ha permitido grabar, por primera vez en alta definición y en color, la lluvia de estrellas Líridas desde la estratosfera. Es una de las primeras operaciones de ORISON, un proyecto financiado por la Unión Europea y coordinado por el Instituto de Astrofísica de Andalucía. El objetivo es analizar la viabilidad de una infraestructura de investigación basada en globos estratosféricos.
A tan solo 40 años luz de la Tierra se acaban de encontrar tres exoplanetas potencialmente habitables. Además orbitan alrededor de una estrella enana y muy fría, un descubrimiento inédito. Estos mundos se parecen al nuestro y a Venus, y pueden ser los mejores candidatos localizados hasta ahora para buscar vida fuera del sistema solar.
El telescopio espacial UFFO se ha lanzado hoy desde el nuevo cosmódromo ruso de Vostochny para investigar los potentes estallidos de rayos gamma, producto de la muerte de estrellas muy masivas o de la fusión de dos estrellas. UFFO ha sido desarrollado por un consorcio internacional en el que participan el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y la Universidad de Valencia.
Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y otros centros internacionales han analizado, mediante datos astrofísicos y simulaciones, el origen de los rayos gamma del fondo cósmico. El estudio de este fenómeno en un rango de energía concreto ha facilitado información inédita sobre la materia oscura.