A pesar de su pequeño tamaño, las libélulas Pantala flavescens pueden recorrer sin parar más de 7.000 kilómetros alrededor del mundo, y sobrevolar océanos siguiendo corrientes de aire cuando migran de un continente a otro. Sin duda, este insecto bate el récord de distancia en vuelo. Así lo confirma un nuevo estudio que se ha centrado por primera vez en el análisis de los genes de poblaciones de todo el mundo.
Fotografía del cigarrón manchego (Roeseliana oporina) tomada en 2016. / Mario García París
Desde hace 129 años no se sabía nada del cigarrón de La Mancha (Roeseliana oporina), y por ello se eliminó de los catálogos de especies de Europa. Sin embargo, dos investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid han vuelto a encontrar ejemplares de esta especie, por lo que proponen considerar el estatus de “Especies en peligro crítico de extinción o posiblemente extintas” antes de dar por desaparecido un insecto.
En el Golfo de Maine, al noreste del océano Atlántico, se concentran miles de mamíferos marinos en busca de peces que comer. Gracias a la teledetección acústica, un equipo de científicos ha logrado identificar, localizar y clasificar las vocalizaciones de ocho especies diferentes de cetáceos y cartografiar su distribución espacial respecto a sus presas.
El crustáceo Artystone trysibia en la cavidad abdominal del pez carachama de Ecuador. / Universidad de Alcalá
Los peces carachama de Ecuador se enfrentan a un crustáceo parásito que puede llegar a representar más del 15% de su cuerpo habitando en su cavidad abodominal. En algunos casos, el alien termina con los peces castrándolos o matándolos de hambre. Un estudio español describe cómo actúa el parásito que fue descubierto en 1866 en Argentina, y que se observa ahora por primera vez en Ecuador en estos peces del Amazonas.
El gen IRF4 es conocido por jugar un papel importante en la determinación del color del cabello. Sin embargo, ahora es la primera vez que se ha encontrado asociado al encanecimiento. / Fotolia
El aspecto del cabello, la barba y las cejas depende de factores genéticos que hasta ahora no estaban bien definidos. Ahora, el análisis del genoma de 6.000 personas de Latinoamérica, con una rica diversidad genética, ha permitido identificar diez variaciones en su ADN que influyen en la forma, densidad y color del pelo. Entre ellas, han hallado el primer gen responsable de las canas y el culpable de que ambas cejas estén unidas.
Fósil de Chengjiangocaris kunmingensis, en el que se conserva el sistema nervioso central./ Jie Yang