Investigadores europeos han desarrollado una nueva herramienta informática que va a permitir evaluar el estado ambiental de los mares europeos de una manera integrada. La investigación mejorará así el conocimiento de los efectos de las actividades humanas en la biodiversidad marina y las variaciones producidas por el cambio climático.
Los delfines pueden crear estrechos vínculos sociales para cazar y reproducirse, pero también para criar a los recién nacidos. Científicos australianos han descubierto por primera vez que grupos de hembras de delfín mular se unen de forma periódica cuando paren para cuidar y proteger a sus crías de depredadores y del acoso de delfines macho. Estos cetáceos son protagonistas esta semana de nuestro #Cienciaalobestia.
Por la belleza de sus plumajes, el tráfico ilegal de loros para su venta como mascotas se ha convertido en una de las principales amenazas para estas especies. A esto se unen la destrucción de sus hábitats y la escasa protección legal en algunos países. Dadas estas circunstancias, los loros son uno de los grupos de aves más amenazados en todo el mundo. Según un nuevo estudio, el 28% de sus especies están en estado crítico de conservación.
Yolanda Martín alimentando a los pingüinos Rey. / Alejandro Martínez (Sinc)
Se enfrentan a temperaturas bajo cero, alimentan a reptiles que pueden alcanzar la media tonelada de peso y se ganan la confianza de especies huidizas. Los cuidadores de fauna salvaje dedican su día al bienestar de animales nacidos en cautividad, pero manteniendo las distancias. Sinc les acompaña en uno de los momentos en los que humano y animal más interactúan: la comida.
Verónica Márquez consigue que los osos marinos saquen la lengua o abran la boca como parte de su entrenamiento. / Alejandro Martínez (Sinc)
Miguel Ángel de la Fuente alimenta con polluelos a Kenia, una hembra de cocodrilo del Nilo de unos 35 años y 300 kilos. / Alejandro Martínez (Sinc)
Cristian Rodríguez en su visita matinal a los pandas rojos de los que tiene más complicidad con el macho Luka. / Alejandro Martínez (Sinc)
La artemia, un pequeño crustáceo también conocido como ‘mono de mar’, es famosa por ser capaz de vivir en ambientes extremos. Por este motivo ha sido utilizado como organismo modelo para probar la toxicidad de productos químicos en el agua. Investigadores de la Estación Biológica de Doñana en Sevilla han descubierto que al infectarse con larvas de tenia son más resistentes a la toxicidad del arsénico.
El análisis de 897 ejemplares de diversas especies de animales confirma con datos contrastados la creencia popular de que el pez grande se come al chico. El estudio de la Universidad de Oviedo, publicado en la revista Ecology, concluye que en el gran valle submarino asturiano los depredadores pesan entre 1.000 y 4.000 veces más que sus presas.