Hace siglo y medio, en los bosques del norte de Europa, se encontró una resina fósil con una flor encerrada en su interior: Stewartia kowalewskii, de 2,8 cm de diámetro y con unos 35 millones de años de antigüedad. Ahora, dos investigadoras han analizado su polen y consideran que se trata de otra especie: Symplocos kowalewskii.
Una red de monitoreo de fauna silvestre registró este felino en localidades ecuatorianas a alturas de hasta 2.600 metros, algo nunca visto en el país suramericano. Un estudio asocia este fenómeno insólito a posibles pulsos migratorios, la incidencia del cambio climático o la inferencia humana en zonas más bajas.
Esta rapaz migratoria, muy ligada a los ambientes agrarios, cuenta en España con más de 4.000 parejas según el último censo realizado por SEO/BirdLife, lo que supone un declive de entre el 23 % y el 27 % en diez años.
Un estudio dirigido por la Universidad Complutense de Madrid detectó en cadáveres de lobos del noroeste peninsular un parásito que ocasiona infecciones respiratorias en carnívoros. La prevalencia fue más elevada en lobos jóvenes, lo que podría indicar su relación con la dieta durante sus primeras etapas de su desarrollo.
Los parques eólicos tienen un gran impacto medioambiental. Los murciélagos, protagonistas de #Cienciaalobestia, chocan con los molinos de viento, produciendo millones de muertes anuales. Un equipo de investigación de Israel ha desarrollado un dispositivo para evitar este fenómeno.
Los colibríes, en riesgo por la pérdida de los ecosistemas que habitan, conforman un grupo de aves con una distribución única en América. La fuerte carga espiritual que representan en México, donde viven más de 50 especies distintas, se ha vuelto una amenaza para su conservación.
Investigadores de EE UU han descubierto que los peces cebra, protagonistas de #Cienciaalobestia, son capaces de volver a encontrar su camino gracias a una región antigua en la parte posterior del cerebro, que les ayuda a calcular su ubicación y a utilizar esa información para saber a dónde tienen que ir.
Un equipo de científicos, con participación del Real Jardín Botánico de Madrid, ha identificado 160 especies desaparecidas como candidatas a ser recuperadas y señala otras 15 que se creían extintas cuando en realidad no lo están.
Las abejas y avispas hembra son las que habitualmente pican a sus atacantes, incluidas las personas. Un nuevo estudio indica que en la especie Anterhynchium gibbifrons, protagonista de #Cienciaalobestia, también los machos utilizan esta técnica, al usar sus espinas genitales afiladas para atacar y picar a las ranas arborícolas que las amenazan.