En el yacimiento de la Puerto de la Cadena en Murcia, un equipo de 20 paleontólogos ha identificado la presencia más reciente de cocodrilos en la península ibérica, lo que apunta a que la temperatura era mayor en el Plioceno temprano. La presencia de jiráfidos o macacos confirma que la fauna africana permaneció en Europa al menos hasta hace 4,9 millones de años.
El análisis genómico del jaguar –el mayor felino del continente americano– junto al de diversas especies de grandes felinos revela la historia de cruces entre especies y su evolución adaptativa. Según el nuevo estudio, la hibridación histórica entre el jaguar, el león, el leopardo y otras especies de felinos del género Panthera habría contribuido a su supervivencia a largo plazo. Pero los datos genómicos demuestran que estos animales han perdido diversidad genética a lo largo del tiempo.
El análisis del ADN de perros europeos demuestra su continuidad genética desde los inicios del Neolítico hasta hoy y rebate la teoría previa de un reemplazo de la población de canes al final del periodo. El estudio, llevado a cabo por un equipo científico internacional, afirma que el proceso de domesticación fue único y ocurrió entre hace 20.000 y 40.000 años.
Los machos de pez mosquito con un gran ímpetu sexual tienen menos éxito a la hora de aparearse. Según un estudio de la Universidad de Frankfurt, las hembras experimentadas de esta especie, protagonista de #Cienciaalobestia, optan por pretendientes más comedidos.
Un artículo de un paleoneurólogo del Centro Nacional de Investigación Sobre la Evolución Humana de Burgos evalúa las evidencias fósiles sobre los cambios cerebrales asociados a las áreas del lenguaje. El autor explica que muchas de estas áreas están sujetas a vínculos arquitectónicos del cráneo, por lo que no es posible establecer si se trata de cambios evolutivos asociados a variaciones de la organización del cerebro.
El cormorán de las Galápagos no vuela, pero es un excelente nadador. Darwin ya especuló que la pérdida de esta capacidad podría deberse a presiones evolutivas. Ahora, científicos de la Universidad de California han descifrado el ADN de esta especie y han descubierto que los mismos genes que acortaron sus alas son también responsables de trastornos óseos en humanos. Los autores creen que los hallazgos pueden servir para desarrollar nuevos tratamientos frente a este tipo de patologías.
Al final del Pleistoceno se produjo un cambio en la cuenca mediterránea que llevó a sus habitantes a alimentarse con animales más pequeños, como los conejos. Estas variaciones en la dieta pudieron deberse a cambios ecológicos que afectaron a las comunidades de grandes mamíferos, reduciendo su población o incluso haciéndolas desaparecer. Esta es una de las conclusiones de un estudio en el que ha participado el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de Burgos.
Paleontólogos de la Universidad de Valencia han propuesto una nueva hipótesis que explica las causas de la evolución del gigantismo en depredadores: los saltos metabólicos como consecuencia de factores internos y ambientales. El estudio se refiere a animales actuales, entre ellos el gran tiburón blanco o los cocodrilos, y a extintos como dinosaurios, reptiles marinos y voladores, entre otros.
Una investigación con participación española ha descubierto un mecanismo hasta ahora desconocido que permite a la corteza cerebral plegarse formando surcos, lo que aumenta su superficie y le da el aspecto ‘arrugado’ característico de nuestra especie y otros mamíferos, como los primates. El trabajo se publica esta semana en la revista Cell.