Un nuevo estudio publicado en la revista Nature desafía las creencias anteriores sobre el estado latente del VIH y aporta información que podría llevar a nuevos tratamientos contra el virus. El primer autor del trabajo, Ramón Lorenzo-Redondo, es un investigador español que trabaja en la Universidad Northwestern en Chicago.
La Organización Mundial de la Salud ha acogido en Ginebra una sesión informativa sobre el zika en la que ha comunicado la creación de un comité de emergencia sanitaria sobre el virus. Solo un día antes, un grupo de expertos se quejaba en la revista médica JAMA de la falta de actuación de la institución.
Como ya ocurrió con la crisis sanitaria del ébola, la Organización Mundial de la Salud ha publicado una declaración sobre la trasmisión y prevención del zika. Este virus causa fiebre leve, sarpullido, dolor de cabeza y articulaciones, malestar y conjuntivitis no purulenta entre dos a siete días después de la picadura del mosquito vector, de la familia Aedes. Brasil permanece en alerta por las sospechas de que este virus esté relacionado con los más de 3.500 de microcefalias en bebés nacidos en los últimos meses.
Apenas un día después de que la OMS informara del fin del brote de enfermedad por el virus del Ebola en Liberia y anunciara la rotura de todas las cadenas de transmisión conocidas en África occidental, la misma institución ha confirmado esta mañana un nuevo caso en Sierra Leona.
El zika, un virus transmitido por el mosquito del dengue, está generando el pánico entre las embarazadas en Brasil, ante el alarmante aumento del número de niños nacidos con un cerebro más pequeño de lo normal: 3.530 casos en los últimos meses. Cientos de investigadores trabajan contra el reloj para averiguar si este virus, hasta ahora considerado poco agresivo, es el origen del terrible brote.
La ausencia de vacunas frente a la peste porcina africana dificulta aún más el control de esta enfermedad. La enorme complejidad del virus que la causa, el Virus Atenuado de la Peste Porcina Africana, y la ausencia casi total de conocimiento sobre los mecanismos que contribuyen a la protección frente a este patógeno, explica al menos en parte esta carencia. Un equipo de científicos españoles aporta luz sobre el tratamiento en un nuevo trabajo.