Gripe, cólera, cáncer, dengue, malaria, tuberculosis, alzhéimer, párkinson, ébola, zika, chikungunya, sida... cada dolencia ha sido nombrada con criterios distintos en cada época y cultura. Con la infección por coronavirus, la Organización Mundial de la Salud quiere terminar con décadas de estigmatización y confusión.
Al igual que los humanos nos alejamos de otras personas para impedir el contagio, como está ocurrieron con la actual epidemia del virus del COVID-19, los vampiros comunes, unos murciélagos muy sociables protagonistas de #Cienciaalobestia, también modifican sus lazos sociales ante las infecciones.
Algunas de las adaptaciones evolutivas que nos permiten evitar contagios mortales también nos hacen más vulnerables a patologías inflamatorias y autoinmunes, afirma un nuevo estudio. Estos resultados pueden facilitar el diseño de terapias adaptadas a las características de cada población.
Un nuevo estudio observacional del hospital universitario de Lausana (Suiza) señala que la frecuencia de las siestas influye en la probabilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular. El descanso ocasional se vincula con una reducción del 48 %.
Un estudio ha permitido descubrir un nuevo biomarcador, el receptor sLRP1, que predice con mucha antelación el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular en personas que no presentan ningún síntoma. El artículo se ha realizado en el marco del estudio REGICOR (Registre Gironí del Cor) que está siguiendo desde hace más de 15 años a más de 11.000 personas de la provincia de Girona.
Un estudio de científicos canadienses ha revelado que los inuits de Nunavik, en Quebec, poseen un genoma único en el mundo, con variaciones que les han permitido adaptarse al frío extremo del Ártico. Sin embargo, estas características les hacen más susceptibles a enfermedades cardiovasculares y aneurismas cerebrales.
Las personas que se sienten solas tienen un mayor riesgo de padecer demencia. Esta es una de las principales conclusiones a las que ha llegado un estudio realizado por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid tras analizar los datos de más de 20.000 personas.
Los gorilas orientales permanecen cerca de los miembros adultos de su grupo cuando estos mueren, pero también observan, tocan, acicalan y lamen los cadáveres de otros individuos ajenos al grupo. Esta es la conclusión de un grupo internacional de científicos que ha grabado por primera vez este comportamiento que podría tener posibles implicaciones en la propagación de enfermedades como el ébola.
El hongo Batrachochytrium dendrobatidis provoca la quitridriomicosis, una enfermedad que afecta a la mayoría de especies de anfibios del mundo. Un estudio publicado en Science confirma que el hongo quitridio es la especie invasora más destructiva que se conoce: al menos 501 especies de anfibios han sufrido declives poblaciones, y de ellas 90 se han extinguido a causa del patógeno.