Un estudio ha puesto de relieve las consecuencias económicas y urbanísticas del incendio del año 1447 en Valencia, entre ellas la desaparición de parte del trazado islámico de la ciudad y la reordenación urbana posterior. La investigación relaciona este devastador episodio con un crimen y la posterior ejecución pública de los culpables, en un momento en el que la ciudad era una de las más pobladas y dinámicas del occidente europeo.
Una investigación sobre el uso del fuego como herramienta de gestión forestal apunta la efectividad de las controvertidas quemas prescritas a largo plazo sin comprometer la salud de los bosques. El análisis de esta práctica puede ayudar a los gestores forestales en la toma de decisiones.
Los incendios queman cada año miles de hectáreas, fragmentan ecosistemas enteros y arriesgan la vida de personas y animales. Entender la dinámica del fuego permitiría dar con una solución al alto número de siniestros. Investigadores españoles e italianos han estudiado la inflamabilidad de la vegetación y demuestran que los cipreses, capaces de tolerar grandes sequías y altas temperaturas, podrían representar una barrera eficaz contra el inicio del fuego por su baja ignición.
A pesar de los avances producidos en las últimas décadas en la lucha contra los incendios –entre 2005 y 2014 ardió un 58% menos que hace dos décadas–, los bosques se enfrentan a incendios mucho más destructivos: cada gran incendio forestal quema un 20% más de hectáreas que en la década anterior. Así lo revela el informe Bosques listos para arder presentado ayer por la organización ecologista WWF.
16 de junio de 1965, abre el túnel del Mont Blanc. / Wearbeard
La empresa cordobesa Safety Zone ha patentado un sistema de seguridad, con geolocalización integrada, destinado a la protección de los profesionales de la extinción en situaciones de riesgo por acorralamiento en incendios. Consiste en una pantalla de agua y un refugio colectivo ignífugo.
Investigadores españoles han demostrado que la paja reduce de forma significativa las pérdidas por erosión del suelo quemado y que es más eficaz que otras técnicas utilizadas como la siembra de herbáceas. La superficie arrasada por incendios de alta intensidad no se recupera de manera natural.
Un equipo con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha diseñado un nuevo sistema capaz de detectar y localizar incendios de forma temprana y con una tecnología de bajo coste. La red de vigilancia, denominada Wi-FLIP, está basada en una serie de chips o sensores de visión inteligente capaces de analizar los cambios en la intensidad luminosa y de distinguir el humo de otros fenómenos del paisaje.
Un trabajo liderado por investigadores de la Universidad de Barcelona, ha analizado el impacto de la variabilidad climática interanual y estacional en los incendios producidos en los bosques de Cataluña durante el verano. El estudio concluye que los incendios forestales de verano, además de estar vinculados a las condiciones climáticas de la estación estival, también lo están a las condiciones climáticas antecedentes, sobre todo del invierno y la primavera del mismo año y de los dos años anteriores.