Investigadores austriacos y neerlandeses han encontrado que los algoritmos de recomendación de nuevas canciones, como los que usa Spotify o Last.fm, encuentran más dificultades para encontrar temas que gusten a los amantes del hip-hop, el hard rock o el punk. Apuntan a que puede haber sesgos en los algoritmos para los oyentes de estos estilos musicales.
Las personas que experimentan anhedonia social tienen dificultades para sentir el placer y la recompensa interpersonal derivados de las relaciones sociales. Un grupo de investigación liderado por la Universidad Complutense de Madrid ha demostrado por primera vez la relación entre esta situación y la ausencia de placer por la música, convirtiéndose esta en potencial herramienta para detectar este tipo de anhedonia.
Un grupo de científicos ha explorado las bases biológicas de la música en roedores. Sus resultados muestran que los animales son capaces de reconocer el ritmo musical de una canción, por lo que sugieren que esta capacidad cognitiva debe tener unas raíces evolutivas muy profundas.
Un nuevo estudio describe cómo logramos diferenciar la melodía y el lenguaje hablado. Los resultados podrían mejorar el funcionamiento de los implantes cocleares para la música.
Investigadores de la Universidad de Huelva han comprobado los efectos positivos que provoca la utilización de actividades didácticas guiadas por canciones y videoclips en el conocimiento de otro idioma.
Un nuevo estudio analiza la relación entre la estructura rítmica de la música y la dimensión espacial del sonido. Los resultados publicado en la revista Brain and Cognition revelan que, independientemente del entrenamiento musical, el cerebro es capaz de sincronizarse con el ritmo.
Vincent Cheung, coautor del estudio, escuchando música. / MPI CBS
La música nos genera placer por la combinación de las expectativas que tenemos de una pieza y la sorpresa que sentimos al escuchar un tema. Esta es la conclusión de un equipo de científicos que ha estudiado 80.000 acordes de 745 canciones de pop.
Investigadores de la Universidad de Granada y del Instituto Andaluz de Astrofísica han estudiado por primera vez la música de una estrella pulsante con la ayuda de fractales. Según los científicos, estos astros emiten un continuo rumor susurrante de fondo. Con un algoritmo han logrado aislar la música estelar del ruido de una manera eficiente y sencilla para identificar mejor las estrellas variables.
La conectividad de la sustancia blanca, el tejido a través del cual se comunican las distintas áreas del sistema nervioso central, es clave para entender por qué nos gusta o no la música. Un nuevo estudio confirma que para que las personas sientan placer musical, es necesario que las estructuras cerebrales relacionadas con la recompensa trabajen conjuntamente con las vinculadas a la percepción.