Un investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de Burgos ha realizado un estudio comparativo de tres fósiles africanos asociados a especies muy arcaicas del género humano. Utilizando reconstrucciones digitales obtenidas con imágenes biomédicas, el trabajo establece que la forma de los lóbulos frontales en los homínidos puede depender de factores asociados a la geometría del cráneo y a su organización espacial, y no solo de los relacionados con la evolución del cerebro.
Investigadores del Instituto de Parasitología y Biomedicina López Neyra de Granada han profundizado en el estudio del proceso básico que explica la biología de los organismos causantes de la enfermedad del sueño. En su estudio, han identificado una proteína que regula cómo se adapta el parásito de la enfermedad del sueño al organismo infectado, lo que permite avanzar en posibles fármacos más eficaces para luchar contra la enfermedad tropical.
El fósil de un reptil del Triásico medio, que conserva una cría en su interior, supone la primera evidencia de un arcosauromorfo –al que pertenecen dinosaurios, aves y cocodrilos– que daba luz a crías vivas en lugar de poner huevos. El nacimiento en vivo era desconocido en este grupo.
Miles de huesos de animales enterrados en la cueva de Covalejos (Cantabria) revelan que neandertales y sapiens seguían estrategias de caza similares hace entre 45.000 y 25.000 años. La investigación, en la que participa la Universidad Complutense de Madrid, muestra cómo la cueva fue el lugar elegido por ambas especies para tratar las piezas cazadas y comer de forma recurrente.
Hasta ahora se pensaba que solo los humanos y ciertos grandes simios tenían la habilidad cognitiva intrínseca de reconocerse en un espejo. Sin embargo, aunque otros monos, como los macacos, no se reconocen espontáneamente, un nuevo experimento demuestra que sí son capaces de aprender con entrenamiento, por lo que más especies de las que se pensaba podrían tener conciencia de sí mismas.
Las células son organismos contráctiles capaces de migrar, cambiar su forma o dividirse para adaptarse a su entorno. Investigadores del Instituto de Bioingeniería de Cataluña han conseguido controlar la contractilidad de un grupo de células epiteliales –que recubren las superficies interna y externa del cuerpo– con un interruptor optogenético activado por luz. Esto permitirá el estudio detallado de fenómenos como la adhesión celular, y la deformación y remodelación de tejidos a nivel supracelular.
El bagre dorado, uno de los peces más comercializados en el río Amazonas, bate el récord en recorrer las distancias más largas del mundo en agua dulce. Un estudio demuestra por primera vez que este pez, protagonista de nuestro #Cienciaalobestia, realiza un total de 11.600 kilómetros a lo largo de toda su vida, atravesando casi todo el ancho de América del Sur.
El di(2-etilhexil) ftalato (DEHP) es una sustancia química manufacturada que se añade comúnmente a los plásticos para hacerlos más flexibles. Una investigación española ha demostrado por primera vez la capacidad de este plastificante para actuar como disruptor endocrino en invertebrados. Los científicos han comprobado las alteraciones que induce esta sustancia en diferentes marcadores genéticos de Chironomus riparius, un mosquito empleado como modelo de referencia en toxicología ambiental.
Hasta ahora se pensaba que los cambios en el tamaño corporal y los dientes habrían desempeñado un papel esencial en la multiplicación de especies de caballos durante los últimos 20 millones de años. Gracias al análisis de 140 especies –la mayoría extintas–, un estudio liderado por españoles demuestra que en realidad fueron las alteraciones que se produjeron en su entorno las que influyeron en la rápida acumulación de especies.