Mapa geomorfológico
Los Homo heidelbergensis vivieron en la Sierra de Atapuerca hace unos 400.000 años. / José Antonio Peñas (Sinc)
Valles, terrenos al aire libre y llanos, y sobre todo las cuevas hacen de la Sierra de Atapuerca (Burgos) un lugar único, en el que habitaron al menos cuatro especies de homínidos y otros animales como el ciervo gigante, el jaguar europeo o el oso de las cavernas. Para entender cómo se creó este hábitat de gran valor paleontológico, un equipo del CENIEH ha logrado mapear la evolución del paisaje.
Los antepasados de los actuales nativos americanos entraron en el continente hace unos 23.000 años, como máximo, conformando una única ola migratoria desde Siberia. Así lo revela en Science un estudio genómico a gran escala, con participación española. Otro análisis genómico, esta vez publicado en Nature, demuestra que algunos nativos americanos de América del Sur tienen antepasados relacionados con los indígenas de diferentes zonas de Oceanía.
La barrera hematoencefálica protege a las células del cerebro para que algunos compuestos tóxicos no lleguen a los receptores del sistema central. Sin embargo, hay algunos contaminantes que pueden atravesarla. Un estudio internacional, con participación española, ha descubierto que los contaminantes de llama, tanto los clásicos como sus sustitutos, y algunos compuestos biológicos, son capaces de traspasar esta barrera en algunos cetáceos y penetrar en su cerebro.
Un equipo internacional de investigación, que ha contado con la participación de Juan Luis Arsuaga, director científico del Museo de la Evolución Humana, ha identificado los huesos de Filipo II de Macedonia, así como los de su esposa Cleopatra y su hijo recién nacido, en la Tumba 1 del Gran Túmulo en la ciudad de Vergina (Grecia). Hasta ahora se pensaba que los restos del rey estaban guardados en la Tumba 2, conocida como la ‘Tumba de Filipo’.
Acanthochromis, la especie de peces con la que se ha realizado el estudio que apunta a que la capacidad para aclimatarse a temperaturas más cálidas a través de generaciones está en los genes. / Joao Krajewski
El pingüino enano australiano (Eudyptula minor), también conocido como pingüino azul, es la especie más pequeña de estas aves del mundo. El patrón de cría de estos animales, que habitan en las costas de Nueva Zelanda y la zona sur de Australia y Tasmania, ha sido estudiados por un equipo internacional liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Los investigadores han descubierto cómo influyen las dinámicas de las corrientes marinas en el patrón de reproducción de estos pingüinos.
Los investigadores John Whiteman y Merav Ben-David inspeccionan el lugar donde se ha implantado el sistema de registro de temperatura en un oso polar sobre el hielo marino al norte de la bahía de Prudhoe, Alaska, en abril de 2009 / Mike Lockhart