Mediante cámaras que recrean las fisuras de las rocas, investigadores alemanes han demostrado cómo los flujos de calor subterráneos pudieron enriquecer los componentes prebióticos y aumentar su reactividad, favoreciendo la aparición de los primeros organismos vivos.
Tras analizar más de un millón de nacimientos en Sídney durante 20 años, un equipo de investigación australiano ha observado una estrecha relación entre dar a luz antes de las 37 semanas de embarazo y la exposición a temperaturas extremadamente cálidas. Los autores consideran que en España podría darse una situación similar.
Las ministras para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, de Sanidad, Mónica García, y de Ciencia, Diana Morant, han detallado los objetivos de este nuevo organismo interdisciplinar, que abordará transversalmente el impacto de la crisis climática en la salud. El observatorio coordinará el trabajo de seguimiento, anticipación y valoración de las medidas que se tomen, además de ofrecer apoyo científico y técnico a las Administraciones Públicas.
La estimación del Servicio de Cambio Climático de Copernicus tiene en cuenta las variaciones registradas en la temperatura del aire en superficie, la cobertura de hielo marino y las variables hidrológicas a escala mundial. Entre las mediciones, se destaca que la extensión de la superficie helada de la Antártida fue la segunda más baja para un mes de noviembre.
Un estudio, liderado por ISGlobal Blarcelona, ha revisado al alza las estimaciones hechas hasta ahora sobre los fallecimientos asociados a temperaturas récord que soportó el continente europeo en los meses estivales del año pasado.
Un estudio liderado por Instituto de Salud Global de Barcelona indica que aunque los ingresos son mayores durante los meses de invierno, la máxima incidencia de mortalidad hospitalaria por enfermedades como bronquitis aguda, bronquiolitis, neumonía e insuficiencia respiratoria, entre otras, se produjo entre junio y septiembre y estuvo fuertemente relacionada con las altas temperaturas.
La tecnología utiliza los datos de muertes diarias de la población y la información de la Agencia Estatal de Meteorología para calcular los fallecimientos atribuibles a las altas temperaturas en los meses de verano. El equipo investigador trabaja para ampliar la recogida de datos entre mayo y octubre de 2024 e incorporar estimaciones a nivel provincial.
El pasado agosto fue el más cálido desde que existen ediciones y el segundo más caluroso entre todos los meses, después del último julio, que rompió todos los récords, según ha informado la Organización Meteorológica Mundial.
Los picos de mortalidad durante las olas de calor son cada vez más frecuentes y acabarán siendo habituales en el futuro. Así lo revela un análisis probabilístico realizado por investigadores europeos, con datos de ciudades como París y Barcelona.
Las altas temperaturas y la ausencia de agua provocan una vegetación más seca y una disminución del alimento para estos animales. Las actuales condiciones climáticas reducen la reproducción y supervivencia de la especie, que se aleja del interior de las zonas urbanas.